martes, 25 de abril de 2023

Jugar en la Práctica Psicomotriz Aucouturier. Una perspectiva terapéutica y educativa. Bernard Aucouturier

 “Jugar en la Práctica Psicomotriz Aucouturier. Una perspectiva terapéutica y educativa”

Bernard Aucouturier





 «Os propongo el tema de la génesis del juego espontáneo de los niños, sabiendo que el juego espontáneo es para nosotros, el ancla de la ayuda al niño a nivel educativo y terapéutico.»  La génesis del juego espontáneo se encuentra en un camino que va desde el biológico al psicológico. Para esto utilizaré algunos conceptos que forman parte de la teorización de la práctica psicomotriz como la concibo.  Así que me gustaría mencionar, progresivamente: las interacciones precoces, las hormonas del cerebro, el placer, la memoria implícita, la tensión - angustia, el deseo del placer, las fantasías inconscientes originarias de acciones (antes fantasmas), la expresividad del cuerpo y el juego espontáneo del niño. 


Primero voy a hablar acerca de las interacciones precoces exitosas. Cuando el bebé recibe las atenciones, el objeto maternante, debe tener en cuenta la manera en que expresa sus necesidades: la necesidad de ser alimentado, La necesidad de ser cuidado y se debe tener en cuenta también el momento en que siente esas necesidades para actuar sobre él y darle los cuidados necesarios. 


Se trata de condiciones de ajustes corporales y rítmicos muy delicados y el niño coopera a los cuidados dados por el objeto maternante.  Si durante las atenciones y cuidados se establece una correspondencia entre lo que es actuado sobre el niño y como él puede actuar sobre el objeto maternante, el bebé se siente existido en su cuerpo, se vive en seguridad.  Este ajuste del objeto maternante a la necesidad fisiológica del niño permite al niño transformarse a nivel sensorial, a nivel tónico, a nivel postural, a nivel rítmico y a nivel emocional. Y al mismo tiempo, el objeto maternante se transforma a nivel físico y psicológico.  Es así, cuando el bebé manifiesta su necesidad de alimentarse, su cuerpo entero está en tensión corporal, grita su necesidad. Del mismo modo, el objeto maternante está en tensión debido a su prisa para satisfacer al bebé.  Este cuando está siendo alimentado, ambos se transforman a nivel tónico, a nivel sensorial, a nivel emocional.  En consecuencia, hay transformaciones recíprocas, que crean mucho placer tanto para el bebé como el objeto maternante. De hecho, la disminución de las tensiones liberadas tanto en uno como en el otro, origina unas descargas de hormonas cerebrales, morfinas y endomorfinas entre ambos y en ambos. Existe una reciprocidad equivalente entre el placer del bebé y el placer del objeto maternante, el placer es compartido. El placer de uno es el placer del otro.  Preciso un poco el origen del placer. Cuándo se produce la satisfacción de la necesidad: la sed, el hambre, el sueño... es decir delante de todas las tensiones biológicas se produce un mini estrés que causa la liberación de morfinas del cerebro producidas por distintas áreas del cerebro, incluyendo la hipófisis.  Una de estas morfinas, la dopamina está producida por el hipotálamo. La producción de la dopamina se produce desde el nacimiento de la necesidad biológica, y la producción es máxima hasta la satisfacción total de la necesidad.  Además, la dopamina es la hormona del placer, que mantiene la autoestimulación e inhibe las tensiones de la insatisfacción de la necesidad. La dopamina es un neurotransmisor que estimula, toda actividad del cerebro, los tres cerebros: el cerebro reptiliano, el cerebro límbico y el neocórtex. Tiene un efecto euforizante, analgésico y de control de las emociones mediante la inhibición del paso de impulsos nerviosos que transmiten el dolor.  El anclaje biológico de la fantasía (originaria/inconsciente) de acción.  Fantasías de las transformaciones recíprocas vividas, las secuencias de transformaciones recíprocas son engramadas, como engrama de placer de la acción, en las sinapsis de las neuronas, en el conjunto del sistema neurobiológico, según procesos bioquímicos, bioeléctricos y hormonales.  Todos estos engramas forma o formaría una memoria experiencial de las huellas del placer de acción duradera, que los neuropsicólogos llaman memoria implícita. 


Preciso un poco el engrama. Un engrama es la huella orgánica permitiendo el recuerdo (que permite el recuerdo, pero no son recuerdos), recuerdos de sonidos, recuerdos de olores, recuerdos de sabores, recuerdos de visionados, de tacto, de postura, de movimiento y de emoción. Los engramas no son ni recuerdos ni representaciones mentales y justifican algo que ocurrió pero que no tiene cabida en la consciencia puesto que no tiene representación.  Los engramas son grabados en todas las sinapsis de las neuronas, por el cuerpo de manera estable. Pero son muy fluidas, violentas, pulsionales y carecen de control inhibitorio antes que se desarrolle la actividad psíquica.  Pero el bebé vive también, a veces, el fracaso de las interacciones precoces, a causa de las primeras experiencias, experiencias dolorosas inevitables, a causa de la insatisfacción de sus necesidades, a causa de la espera prolongada de sus necesidades.  El bebé vive entonces en su cuerpo un grado de tensión, dolores físicos y dolores que son también grabados en las sinapsis de las neuronas. Sus tensiones corporales grabadas constituyen la angustia - tensión. Crea un bloqueo neurobiológico responsable de la producción de hormonas cerebrales nocivas, que limita la producción de endomorfinas, por lo tanto limita la producción de dopamina. Pero también limita la unificación del cuerpo, una unidad que se constituye entre los 6 y 8 meses, y podría dejar un espacio para las angustias arcaicas de la pérdida del cuerpo. 

Cuando el niño vive estas ansiedades arcaicas, a causa de la insatisfacción prolongada en el tiempo, corre el riesgo de vivir una no-constitución de su unidad corporal que tendrá consecuencias muy importantes en el desarrollo del niño, consecuencias a nivel relacional, en el nivel de placer, a nivel cognitivo, a nivel de la formación de su pensamiento.  Para mí, el origen de todos los trastornos del niño se halla en las angustias originarias y arcaicas. Pero existe un grado de angustias arcaicas que todos hemos experimentado. Después permitirán al niño a superar sus angustias porque el ser humano siempre tratará de superar sus ansiedades básicas mediante el placer de las actividades simbólicas.  El bebé no puede soportar esta dolorosa experiencia. Por definición, el hombre es un ser de placer y aleja permanentemente lo que es doloroso. Entonces el bebé de manera precoz, encontrará sus propios medios para evacuar esta presión dolorosa de lo vivido y después continuar su desarrollo. Ahora mencionaré las “fantasías” originarias de la acción como primer pensamiento del niño. Por supuesto, no son pensamientos conscientes. 


En ausencia de la satisfacción de necesidades y en la ausencia de la relación de seguridad ejercida por el objeto maternante, el bebé vive entonces dolorosas tensiones corporales.  Un cierto grado de tensión hace nacer en el niño un deseo de placer, que causa en este último, la “caza” del placer. El placer y el dolor son una pareja que constituye la base para el deseo. Entonces es posible concebir y las neurociencias nos lo confirman, que antes de cualquier tensión, incluso independiente de la necesidad, el bebé produce una descarga de dopamina para despertar el deseo. Esto supone a nivel neurológico, dos circuitos: un circuito que está interesado, yo diría, en la satisfacción de sus necesidades. Y otro circuito, no tiene en cuenta las necesidades y este segundo será interesante para nosotros.  Todas las tensiones, por tanto, hacen nacer un deseo de placer, independientemente de la satisfacción de la necesidad, expresa la búsqueda de placer que unen el bebé y el objeto maternante.  La caza del placer es una dinámica de placer que busca la memoria implícita, donde se almacenan el placer de las acciones del bebé, como el placer del objeto maternante. Entonces el bebé desea, sueña, inventa, se ilusiona, esta realidad interna neurobiológica como es la memoria implícita, para calmar las tensiones corporales dolorosas, para calmar la tensión - angustia.  La caza del placer tiene un valor de emoción eminentemente positiva, intensamente positiva, como una función autónoma e independiente de la necesidad. Creando una energía, un movimiento interior, una búsqueda para despertar una multitud de placer de acción ya conocida con motivo de la satisfacción de la necesidad, que sería entonces fundador de una primera organización psíquica como la ilusión del placer de la acción. El placer debe ser considerado como una magnitud en biología, y es originalmente una primera organización psíquica, situada fuera de realidad, puesto que él lo sueña y lo ilusiona lo que se llamábamos fantasma y ahora nos parece más adecuado el término fantasía originaria: producción inconsciente del ser humano. -Son dificultades y pueden inducir a errores seguir utilizando el término “fantasma” en castellano de la traducción de diferentes idiomas (francés, alemán) donde los conceptos no tienen la misma correspondencia o traducción-. La fantasía es la primera organización psíquica del ser humano. La caza de placer por lo tanto está destinada a engañar la dura realidad objetiva de las tensiones del cuerpo, la angustia – tensión, para engañar el dolor del hambre, de la sed, del manto envolvente, de la gravedad y del vacío del espacio.  En el origen de la psique humana, existiría un sistema de “autoengaño” que utiliza el placer para escapar de la dura realidad de la angustia - tensión. 


Esta primera organización psíquica está fuera de realidad, y corresponde a un primer estado de fantasmación que daría a luz a nuestra imaginación inconsciente que llamamos imaginario, que está en el origen de la originalidad de todos nuestros futuros logros.  La fantasía sería, en consecuencia, cualquier experiencia de subjetividad y de irrealidad que devuelve al principio extremo de la vida psíquica del ser humano, y que, a lo largo de la vida, nunca sería puesto en tela de juicio.  El placer es el fundador del psiquismo. (No es la sexualidad la fundadora del psiquismo). En efecto, el deseo de placer, la fantasía originaria de la acción, están estrechamente relacionados para generar los primeros pensamientos imaginarios del inconsciente de la acción del bebé. De este modo, las fantasías originarias e inconscientes de acción tienen relación con la nutrición, los cuidados, los contactos y los movimientos rítmicos. 


Me explico: Fantasías de la acción originadas en la nutrición como la fantasía de penetración oral, la incorporación, el devorar, la destrucción sádica y más tarde las fantasías de la acción omnipotente y del dominio.  Fantasías de la acción originadas de los cuidados y de los contactos, como las fantasías de la acción de la fusionalidad de perderse en el otro, ser tocado, ser envuelto, llevado, manejado, mirado.  Y las Fantasías de acción originadas de la movilización del cuerpo en el espacio tales como el balanceo, la rotación, la elevación, la caída. Estas fantasías se desarrollan a partir del momento en que el bebé comienza a emerger de la indiferenciación hacia la diferenciación con el objeto maternante. 

Estas fantasías mantienen su carácter pulsional cargado de placer, sin límites ni de espacio ni de tiempo, sin espera a causa de orígenes, los engramas.  No tomar en consideración, lo que llamamos, el estado fantasmático, primero, es rechazar la diferencia más significativa del otro. Su tono de base, su música interior, el ritmo de placer y del disgusto pertenece a cada ser humano de manera individual.  Un tono, un ritmo, una música, que determina puede ser esencial de su presencia en el mundo.  Pero la vida fantasmática primera debe evolucionar, como muchas fantasías que el niño vivirá en su realidad externa de manera pulsional y repetitiva a través del juego espontáneo, pero con la única condición que esta fantasía sea contenida por el objeto maternante. Y esto es quizás donde la esencia de la relación del bebé con el objeto maternante contiene el objeto maternante. En efecto, el mundo psíquico naciendo del bebé sólo puede conocer el desarrollo simbólico con el encuentro con la realidad externa. 

La fantasía para evolucionar necesita una relación profunda con el objeto maternante. Donde este adapta intuitivamente sus propias fantasías, al deseo, al placer del estado psíquico originario del bebé. Por este encuentro tan profundo, que excede cualquier observador, el objeto maternante es capaz de hacer vivir al bebé una verdadera dimensión de su cuerpo, su tono, sus posturas, sus movimientos, su ritmo, su contacto, su voz y su lenguaje verbal, con cierta regularidad, introduciendo un filtro soportable para las fantasías del bebé. 


Estas diferencias entre la ilusión corporal del bebé y la realidad se imponen y contienen su vida fantasmática originaria y sus afectos de placer desbordante.  Este continente estructurando las fantasías asegura la base de la seguridad afectiva del bebé. El niño es el creador de su propio psiquismo.  Ahora es posible avanzar que la tensión – angustia es el catalizador que facilita la transformación de la necesidad biológica, engramada, en una gran dimensión psico-afectiva originaria que reenvía al principio de la vida.  En otras palabras, la angustia-tensión es facilitadora a partir de una relación orgánica humanizada del crecimiento de la actividad psíquica del niño. Así tensión-angustia está quizás obsoleta y allana el camino para la aparición de placer, que facilita el desarrollo psico-afectivo-relacional-cognitivo y es instrumental en el niño. Y especialmente el desarrollo de los procesos de reaseguración.  Llego al proceso de reaseguración. Entonces puedo decir, que la angustia fundamenta lo humano. El niño es, por lo tanto, creador de una grandiosa producción imaginaria, que según algunos psicoanalistas, formaría el inconsciente originario no reprimido.  En su libro, “la violencia de la interpretación”, la psicoanalista francesa, llamada Piera Aulagnier, precisa la naturaleza inexplicable del término originario, término genérico, que substituye al término inconsciente. Sin embargo, esto no significa, que originario sea informulable, simplemente que no es formulable de manera verbal. El modo verbal es inadecuado para liberar lo originario. Es decir liberar las fantasías de acción originarias.  Esta fuente originaria psíquica, las fantasías de acción dan un lugar esencial a la vía no verbal, a la expresividad del cuerpo, a los juegos creativos y espontáneos del niño. Por lo tanto, podemos decir, que cuando el niño juega, está jugando su originario. Esta fuente originaria, también da lugar a la creación artística del adulto. La creación artística es una fuente de placer pulsional sin límites en el espacio – tiempo, donde el movimiento, el ritmo, la voz, los materiales de creación son satisfacciones sensuales en el origen de un placer sin fin, que calma la ansiedad y revela lo que está en lo más profundo del ser humano.  En todas las creaciones de obras, en todas las producciones plásticas, musicales, corporales, existe un impulso para dejar una huella motriz de color, de sonidos, de voces, de formas, de movimientos asociados a fantasías de omnipotencia, de incorporación, de dominación sádica, de agresión en la materia y el espacio en un tiempo sin límites.  El niño, por lo tanto, se constituye gracias a producciones imaginarias de acciones, moduladas, atemperadas por una realidad muy viva del objeto maternante, el cuerpo del objeto maternante. Hay un campo de acción, que está regulado desde el interior, por la propia auto-representación de sí mismo. Por el placer de actuar, el niño siempre va a representar su propia historia, es el juego espontáneo.  El juego espontáneo es un proceso de representación, de reaseguramiento a través del placer de la acción. Un reaseguramiento indispensable que luego permitirá al niño reintegrar a su angustia – tensión, y las tensiones corporales de su propia historia.  


Para finalizar, el niño agita sus fantasías de acción en el espacio a través del placer de los juegos espontáneos, evacuará el dolor y el sufrimiento del niño vivido con el objeto maternante. Encontrará un placer al esconderse, para abandonar el dolor de su propia destrucción, el dolor de su devoración. Encontrará el placer en esconderse, para evacuar el dolor del abandono. Encontrará placer al movilizar su cuerpo en el espacio para evacuar el dolor de las manipulaciones excesivas. Encontrará placer de vivir su omnipotencia a través de todos los juegos donde buscará ser él mismo, a través del otro, en la omnipotencia, para evacuar los dolores de no ser él mismo. 


Cómo citar este artículo:
Aucouturier, B (2017). Jugar en la Práctica Aucouturier. Una perspectiva terapéutica y educativa- Revista de Psicomotricida PuntoCom, 1 (0). Recuperado el x/x/xxxx desde www.revistadepsicomotricidad.blogspot.com