Hay que
sumergirse:
Para
hablar del agua y sus propiedades.
Para
explicar el modo de abordaje terapéutico.
Para jugar
con las infancias en el agua.
Para
pensar en la construcción y uso del material que ayudará en el trabajo.
Para saber
qué se siente estar relajada en el agua.
Para
sentir y luego proponer.
Para no
quedarse en lo teórico ni en lo escuchado de una experiencia ajena.
Para poder
compartir de manera amable cada recorrido.
Para
bajarse de la soberbia del saber y quedarse en las cálidas aguas del "sigo
aprendiendo"
Para esto
y mucho más, hay que sumergirse.
No queda
otra.
Dedicado a
mis compañeros y compañeras del agua... A los que día a día, están sumergidos
en el agua.
Mady
Alvarado
Psicomotricidad
acuática.
Abordaje terapéutico
por Mady Alvarado[1]
Los
profesionales que nos desempañamos en el agua como psicomotricistas[2],
ofrecemos un espacio donde las personas se sienten acompañadas y lo hacemos
desde nuestra posición terapéutica de disponibilidad corporal.
Recibimos
pacientes o usuarios, como lo explica Celina Marini que en general presentan un
hacer corporal desorganizado, con inhibición, con un hacer corporal estereotipado,
con dificultades en la comunicación, en la relación con los otros, en la
apropiación con el espacio, manejo de los objetos, con dificultades en la
escuela y en la inclusión a nivel social. Todos los casos son diferentes, y
responden a una historia que es preciso escuchar con diferentes modalidades en
las cuales se incluyen las entrevistas iniciales previas al ingreso al agua,
como parte del marco del tratamiento terapéutico.
Por su parte,
el uso del agua con fines terapéuticos no es una modalidad nueva, a lo largo de
la historia nos encontramos con diferentes antecedentes que muestran como los
seres humanos se han servido de esta sustancia para lograr la cura del
cuerpo. La psicomotricista francesa Catherine Potel (2015), nos dice el
agua siempre ha sido asociada a los colores de las emociones humanas y
empoderada de una gran riqueza simbólica, que ha alimentado los cuentos, las
leyendas y las mitologías de cualquier cultura.
Por esa
razón, el uso del agua en psicomotricidad, no puede desconocer estás
inscripciones simbólicas de la cultura, ya que se mantienen presente en todo el
proceso de intervención en el medio acuático.
Respecto a la Psicomotricidad acuática, dice Gil Plá (2015) , Podríamos pensar que los orígenes de la psicomotricidad acuática se encuentren quizá en la década de los sesenta en los países francófonos, donde se desarrollaron con fuerza unas prácticas acuáticas para bebés inicialmente llamadas suaves y que se caracterizaban por concebir el técnico como un guía o acompañante; por considerar el aprendizaje natatorio como un simple resultado del desarrollo del sujeto en el agua; por promover el placer y la espontaneidad en un entorno de libertad para el bebé y por comprender el medio acuático como un espacio de desarrollo educativo y terapéutico. Decimos pues, que interpretamos estas prácticas como posibles orígenes de la psicomotricidad acuática porque estas características descritas son también ejes principales de la intervención en psicomotricidad.
Con este
origen difuso relativamente cercano y la observación que las lecturas de
psicomotricidad acuática describen fundamentalmente una atención sobre las
experiencias profesionales en lugar de las bases teóricas que la fundamentan;
podemos considerar que la psicomotricidad acuática es una disciplina joven que está
fortaleciendo su discurso conceptual.
"Te voy a sostener hasta que ya no me necesites"
Mady Alvarado
Por lo tanto, me veo en la obligación de definir la psicomotricidad acuática[3] como un modo de abordaje terapéutico que busca comprender el sufrimiento que portan los pacientes expresado en algún tipo de discapacidad. Basándose en la relación con el propio cuerpo, los otros, los objetos, el espacio, el tiempo y el movimiento, a través de la dimensión psicológica y emocional. Para ello necesita, de manera imperiosa, un profesional formado psico-corporalmente, entendiendo que el tratamiento es como dice Potel, el encuentro de dos psiques (la del paciente y su terapeuta), buscando como propósito el advenimiento de la autonomía.
La
psicomotricidad acuática no tiene como fin el trabajo específico sobre alguna
de las funciones del organismo, ni asume una tarea de rehabilitación, haciendo una clara diferenciación entre organismo y cuerpo siendo este último su
objeto de estudio e intervención. Ya que considera la amplitud del lenguaje, lo
psíquico y lo emocional en conjunción, desarmonía, desencuentro u extrema
conciencia y presencia con los registros y malestares de la organicidad, visto
como una relación dialéctica, profunda, lejos de ser pensada como una
globalidad amable y llevadera, porque siempre aguarda y sostiene una relación
con lo corporal conflictiva y dolorosa.
En
psicomotricidad acuática utilizamos una piscina con el agua entre 30 a 32 grados de acuerdo a la
estación del año, lo que se procura es que el agua este templada, en patologías
tales como la hipotonía necesitamos menos grados en el agua, si bien no
trabajamos en piscinas terapéuticas, lo que si diseñamos y procuramos que la
accesibilidad se cumpla de acuerdo a las características del paciente. El
contexto de trabajo en psicomotricidad acuática es el siguiente: trabajamos con
personas con diferentes diagnósticos, que poseen lo que se denomina certificado
único de discapacidad[4].
Ofrecemos un servicio de atención individual, con sesiones semanales de 45
minutos, una o dos veces por semana, o en pequeños grupos de 2 a 4 personas con
sesiones de una hora. Los tratamientos tienen continuidad de por lo menos 3
años y son gratuitos para los pacientes que cuentan con certificado único de
discapacidad. Y lo que cabe destacar es que el psicomotricista acuático trabaja
adentro del agua, y no desde los bordes de la piscina.
Los
psicomotricistas acuáticos elegimos un medio con un objeto concreto que es el
agua, donde esta tiene efecto terapéutico siempre y cuando esté inscripta en un
dispositivo y un encuadre. Dentro de este dispositivo, el cuerpo del
psicomotricista se ve afectado e interpelado por el lenguaje, la mirada, el
contacto (no el tacto), la estructura tónico postural para que sus pacientes tengan una vía regia para
vivenciar sensaciones y emociones por la vía de lo corporal.
En psicomotricidad
acuática se interviene a través del juego corporal, actividades motrices,
sensoriales y rítmica, la imitación, la voz, el lenguaje, el movimiento libre y
expresivo, el trabajo con la respiración, la relajación terapéutica y la
distensión muscular, técnicas corporales que son utilizadas como recursos y no
son llevadas a cabo tal cual lo indican, sino que se toman de ellas algunas
cuestiones técnicas que resulten propicias para los pacientes.
Dice Potel que
esta práctica acuática es una mediación corporal buena para la simbolización,
que abre a la capacidad de jugar y que utiliza el cuerpo como “mediador y
apuesta relacional entre dos psiques, y entre la psique y el mundo” y en sus
palabras, la tarea del psicomotricista es proponer un apuntalamiento relacional
suficientemente bueno a fin de posibilitar el advenimiento de una mayor
autonomía corporal y psíquica, un ensanchamiento del campo de acción, una
integración de nuevos punto de referencia en un sistema de representación.
Este modo de abordaje terapéutico no tiene como fin en sí mismo la rehabilitación, en nuestro enfoque clínico, tomamos las variantes emocionales y psíquicas, en relación directa con el movimiento, la postura, la actitud, el tono muscular, la emoción, la gestualidad, el juego, la imagen y el esquema corporal, el lenguaje o la ausencia del mismo, la relación con el espacio, el tiempo, los objetos y los otros. Todo dentro de una práctica que toma cada caso de manera particular, con lo cual no se trata de una práctica clínica que toma un único método de trabajo, ya que resulta imposible cuando se atiende a la subjetividad de la persona. Esto quiere decir que el psicomotricista acuático, realiza intervenciones desde lo corporal, tales como favorecer nuevos modos de funcionamiento psicomotor, basado en lo que denominamos vínculo terapéutico. El trabajo directo con la corporeidad para comprender qué le sucede a la persona en su psiquismo como un ser social que a partir de lo biológico pasa por un proceso de transformaciones durante el crecimiento y el desarrollo dentro de un contexto social, porque la Psicomotricidad acuática es la unión intima del movimiento y el psiquismo en el agua.
Para
finalizar se considera a la psicomotricidad acuática, como una disciplina que
puede aportar a los diferentes profesionales, herramientas y recursos para el
abordaje terapéutico en el agua ligado a
lo emocional y psíquico.
BIBLIOGRAFIA Y WEBGRAFÍA
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Marini, Celina. Apunte de Universidad. Buenos Aires
[1]
Mady Alvarado es profesora de Nivel Inicial , técnica y Licenciada en
Psicomotricidad, especializada en Educación y medio acuático.
Se ha desempeñado como psicomotricista en el área de
gerontopsicomotricidad, en el nivel inicial, en la atención terapéutica en el
agua con pacientes con discapacidad de todas las franjas etarias.
Es creadora y dirige hace 11 años uno de los espacios
de referencia de la psicomotricidad a nivel mundial de difusión y creación de
proyectos: Revista de Psicomotricidad PuntoCom, siendo la coordinadora de los
equipos de trabajo de Argentina y España.
Además es coordinadora y supervisora del Equipo de Ser Agua. Psicomotricidad Acuática, en la provincia de Buenos Aires.
Actualmente es convocada en diferentes países para
dictar capacitaciones sobre
psicomotricidad en el nivel inicial y sobre psicomotricidad acuática.
Ha participado de varios proyectos de voluntariado
siendo sus áreas de interés la infancia, la salud y la educación.
Ex Becaria de Rotary Internacional y la universidad
Nacional de Tres de Febrero a Alemania 2014, con el programa de Intercambio
cultural y profesional, realizado en 5 ciudades alemanas.
Además, es creadora del Proyecto Ciclos de Formación
en Psicomotricidad y medio acuático.
Por último es coordinadora del libro
#JugarEnPsicomotricidad. Estudios, análisis, reflexión y práctica, con la
participación de mayoría de destacados psicomotricistas de Argentina, España y
Francia, editado en Argentina.
[2]
La Psicomotricidad en Argentina, al igual que algunos pocos países, es una
profesión de grado universitario, requiere la formación a nivel corporal y
personal, y la formación en la línea terapéutica, con formación en materias de
línea médica, incumbencias en el ámbito educativo, clínico, hospitalario y
socio-comunitario. Requiere además prácticas profesionales en educación
especial y en el nivel inicial, en hospitales públicos y en instituciones
comunitarias. El título universitario que se recibe es el de Licenciado en
Psicomotricidad. Sabemos que en algunos países la palabra “licenciado”
se atribuye a una persona con poca o nula formación, pero en Argentina es la denominación
que se recibe al culminar la Universidad luego de programas académicos de más
de 5 años.
Respecto a la
psicomotricidad acuática, somos un campo de abordaje terapéutico en franco
desarrollo, si bien tiene varios años, por mucho tiempo fuimos pocos los profesionales
dedicados a este ámbito. Las nuevas generaciones de psicomotricistas incluyen
en su práctica profesional el medio acuático, siendo nosotros y quien les
habla, referentes a nivel formativo. Además, cabe aclarar a nivel del
Ministerio de Salud de la República Argentina, la psicomotricidad y la
kinesiología, son las dos profesiones que están habilitados para ejercer la
terapia en el medio acuático con personas con discapacidad, y ambas profesiones
deben tener matrícula habilitante y tener la inscripción en el registro
nacional de prestadores de salud.
[3]
Voy a esbozar por otro lado dos definiciones de prácticas corporales
terapéuticas, de manera muy sintética a modo de acompañar al lector en el
recorrido del presente texto
La hidroterapia
La hidroterapia es el
tratamiento del cuerpo, total o parcial, mediante la aplicación de agua potable
u ordinaria, pudiendo variar y alternar la temperatura y la presión, unida o no
a la utilización de compresas o sustancias sobre la piel. Por lo tanto, se
utilizan las propiedades mecánicas y térmicas del agua con fines terapéuticos
sobre la piel y las mucosas.
Terapia acuática
Es el procedimiento
terapéutico, que utiliza de forma combinada las propiedades mecánicas del agua
junto con técnicas e intervenciones específicas del tratamiento, con el fin de
facilitar la función y la consecución de los objeticos terapéutico propuestos,
se desarrolla en instituciones desarrolladas para dicha actividad, con piscinas
específicas. Se desarrolla en piscinas y o tanques terapéuticos, sonde el
paciente puede sumergir el cuerpo de manera total o parcial, además se incluye
la utilización de duchas y chorros de agua. Para el ejercicio profesional de la
Terapia acuática es necesario contar con una formación académica universitaria
de grado, como también sucede en la Psicomotricidad acuática.
[4]
Qué es el Certificado Único de Discapacidad en Argentina:
Cobertura del 100% de las prestaciones del sistema de
prestaciones básicas para personas con discapacidad. Esas prestaciones
incluyen: tratamientos médicos, rehabilitadores, apoyos educativos, prótesis,
etc. Se agrega, acceso gratuito al transporte público Nacional de corta,
mediana y larga distancia en trenes, subtes, colectivos y micros. El Símbolo
Internacional de Acceso para tener libre tránsito y estacionamiento.
Acceso a asignaciones familiares para personas con
discapacidad (asignación por hijo o hija con discapacidad, asignación por
maternidad de un hijo o hija con síndrome de Down, etc.)
Eximición de algunas tasas municipales y beneficios
para comprar automotores. Fuente: https://www.argentina.gob.ar/justicia/derechofacil/leysimple/certificado-unico-discapacidad