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lunes, 30 de abril de 2012

UNA MIRADA PSICOMOTRIZ AL EJERCICIO DE LA EQUINOTERAPIA





Margarita Ziade
Agrupación “A Rienda Suelta”. Actividades Ecuestres Integradas.

 
Resumen

La ponencia trata sobre cuestiones que incumben al área de trabajo específica del psicomotricista y cómo estas temáticas se articulan en el trabajo en equinoterapia. Expone brevemente por qué es fundamental la presencia y el trabajo del psicomotricista en la pista de equinoterapia. Articula temáticas como: esquema e imagen corporal, constructividad corporal, juego, acuerdos en la pista, cómo se aplican técnicas de intervención psicomotriz en el trabajo en la pista de equinoterapia.
Se elaboró en  el presente, el trabajo  corporal,- sin dejar de tener en cuenta lo orgánico-,   poniendo énfasis en la construcción de cuerpo de niños con problemas motrices.  Si bien el trabajo sobre el organismo es un pilar del trabajo en equinoterapia, este escrito resalta la mirada psicomotriz acerca de  la construcción corporal en el trabajo en la pista y la importancia del psicomotricista en el equipo  interdisciplinario.
Se  marca una intervención lúdica corporal, pensando en ésta como  esencial para el trabajo con niños, no sólo en el consultorio sino en la pista de equinoterapia. Se plantea una mirada global acerca del niño que viene  a sesión teniendo en cuenta su contexto y entorno familiar.


Abstract

This work deals, one the one hand, with issues related to the specific work area of the psychomotrician and, on the other, with the ways in which such issues become articulated within the work field of hippotherapy. We aim to show, at least briefly, why it is fundamental to have both the presence and the work of a psychomotrician inside the hippotherapy track. In order to do so, we will herein try to jointly explain: body image and outline; body constructivity; play; settling within the track; use of psychomotor intervention techniques within hippotherapy work on the track.
Even though working on the organism is one of the mainstays of hippotherapy –and without leaving such area completely disregarded–, this paper was written mainly thinking on corporal work, underlining the psychomotor point of view with regard to the corporal construction of children with motor issues and, thus, highlighting the key relevance of the psychomotrician within the interdisciplinary work team on the track.
We will point out towards a recreational/play corporal intervention, thinking it as an essential component of the work with children, and this not only at the practice but inside the hippotherapy track as well. We aim to put forward a global look on the child that comes to his/her session, taking into account, hence, his/her context and family environment.

PALABRAS CLAVES:  INTERVENCION LUDICA CORPORAL, CONSTRUCTIVIDAD, EQUINOTERAPIA.



  1.      Introducción
Este  trabajo de investigación tiene como fin,  generar una mirada psicomotriz  respecto del  ejercicio de la equinoterapia y  sembrar interrogantes sobre las posibilidades que esta terapia  brinda para el trabajo psicomotor. En mi  experiencia,  he podido  observar modificaciones y cambios positivos en los cuerpos de nuestros pacientes ( desde lo puramente orgánico y desde lo corporal), y    he podido observar cómo conceptos  teóricos fundamentales  de  la psicomotricidad  se suceden en la pista de equinoterapia sin ser nombrados  u observados por miembros del equipo  de  otras disciplinas. Por este motivo, me pareció importante  comenzar  a discriminar las actividades y  darles   un nombre desde  una mirada psicomotriz, destacando así,  la importancia del rol del psicomotricista en la pista de equinoterapia.

Esta investigación   tiene  como  propósito dar a conocer algunos resultados posibles  del trabajo en  la pista  de equinoterapia con el fin de mostrar  que esta actividad puede ser una excelente  herramienta de  trabajo para el  psicomotricista, ya que   nos permite entrar  en contacto y de lleno con muchas  temáticas  propias del ámbito psicomotor.  Por esto, creí oportuno reflexionar acerca de una forma  posible  de pensar al  trabajo corporal en  equinoterapia, siendo el cuerpo  uno de los objetos centrales de estudio de la  psicomotricidad.

 Esto me permite  intentar dar una  respuesta   posible al interrogante principal de este  trabajo: ¿cuáles son los  aportes  que ofrece  la   equinoterapia  para la construcción corporal del niño con  dificultades motrices?

Nuestra disciplina, la psicomotricidad,  trabaja   con y para la construcción de la noción de cuerpo en los sujetos, y   busca las estrategias más adecuadas  que faciliten  las  producciones corporales de cada individuo  posibilitando  el  encuentro  con sus potencialidades.

 Podemos definir a la equinoterapia, según  el National Center  for Equine Facilitated Therapy, “como una forma especializada de  terapia psicofísica que utiliza al equino en la prevención y/o tratamiento de desordenes emocionales y/o del movimiento”.

Por lo tanto, podemos ver que en la equinoterapia se  trabajan temáticas comunes a la psicomotricidad, ya que trastornos tónico-emocionales y su expresión corporal, atañen directamente a nuestra disciplina. Por  ello, creo que es  fundamental comenzar a investigar  cuál es el  lugar del psicomotricista en el desarrollo de una terapia ecuestre.

El objetivo de la presente investigación,  es  realizar  una  articulación entre  una selección  de material teórico y mi experiencia  con esta terapia complementaria. Con este fin expondré viñetas cuando sea pertinente, para mostrar o esclarecer la importancia del rol del psicomotricista en la pista de equinoterapia, y la  importancia de esta herramienta para el uso profesional del psicomotricista. Esto servirá de base para poder,- una vez enmarcando un  contexto de  trabajo psicomotor en equinoterapia-,  esbozar algunas  reflexiones acerca del interrogante principal de esta  investigación.

 El método utilizado  para llegar a las reflexiones que se expondrán luego, ha sido la participación y observación directa en el trabajo en pista  de equinoterapia a lo largo de 3 años.

  1. Biomecánica del caballos y sus efectos sobre el organismo

El caballo realiza un movimiento tridimensional al desplazarse que tiene efectos sobre el organismo de  quien lo monta.  También, hay un  “feed back” en el movimiento que genera el niño en  relación al caballo,   ya que  al ser un ser vivo siente y percibe  lo que el niño esta expresando o sintiendo y eso repercute en la calidad de  su comportamiento en el momento  de la  monta o luego. Si bien este no es un punto central en nuestro trabajo.

2.1.     Movimientos tridimensionales: primer movimiento: abducción-aduccion

 “Cuando  el caballo inicia la marcha, desplaza  sus miembros anteriores, haciendo que sus músculos lumbares se eleven en forma vertical, lo cual  hace que el niño se eleve también, separándose del lomo del caballo aproximadamente 4 cm. Esta  sensación toma de sorpresa al  niño quien se defiende   tratando de resistir a la misma fuerza de elevación. Inmediatamente su pelvis hace movimientos laterales, entre  8 y 9 cm, balanceándose el  niño  hacia los lados. Con lo cual la columna, para mantener el equilibrio, se  flecta en relación con el sacro en 15 grados. Todo esto significa que la pelvis hace apertura y cierre, con lo que  se tiene abducción y aducción.

2.2.     Segundo movimiento: extensión-flexión

Al desplazar los miembros anteriores, el caballo empuja los posteriores simultáneamente,  traspasando su punto de gravedad, y  traspasando el centro de gravedad del niño, que se encuentra sentado cerca de la cruz, produciendo un avance horizontal (el primer avance  es vertical). La  pelvis del paciente se extiende y se recoge al ritmo del movimiento del caballo, hacia adelante y hacia atrás, con lo que se obtiene la extensión y la flexión pélvica.

2.3.    Tercer movimiento: rotación intero-extero

 Al adelantar los anteriores y reunir los posteriores, los músculos  ventrales del caballo   hacen un movimiento como de acordeón, de contracción y extensión, con lo cual, la  pelvis del niño responde en  rotación, teniendo como eje la  columna,  es una rotación de 20 grados aproximadamente. Con este movimiento circular, se dan extensiones  internas y externas tanto de la pelvis como de la  cabeza de los  fémures.
 Al iniciarse este movimiento tridimensional, las vértebras   superiores de la columna  vertebral   dotan a la cabeza de una gama de movimientos muy amplia.
Esta es una explicación muy simple de los efectos de la marcha del caballo sobre quien lo monta.  Este movimiento tridimensional,   y la  suma de  diferentes  ritmos en la marcha, movimientos giratorios, de  serpentina, circulares, de freno sorpresivo, mas una serie de ejercicios de control de postura arriba del caballo, son los que  generan cambios en el organismo de los niños con dificultades motrices.
Con eso podemos decir, que el caballo, facilitador terapéutico, permite la estimulación de las tres dimensiones espaciales en forma simultanea, graduando frecuencia, ritmo y amplitud.” ( Palomino Gómez,2002,Pág. 3)

Ahora  bien,  si en el  ámbito terapéutico,  sólo tomo en cuenta este  beneficio sobre el organismo de  quienes concurren  a  montar, me pregunto ¿qué pasa con  los cuerpos de  estas personas?, ¿Dónde quedan?¿ Qué lugar se les da para pensar en  ellos?

3.      Algunos  beneficios que aportan el caballo, la equitación y su medio ambiente:

   Podemos pensar entonces, que dados los movimientos y los ejercicios que se realizan arriba del caballo y su repercusión en el organismo del jinete, se puede pensar que el caballo permite registrar partes del cuerpo  que el  niño  con dificultad motriz no estaría reconociendo espontáneamente en   su vida cotidiana. Se  trata de una rehabilitación  global que implica cambios e integración  en  el  esquema corporal, ya que desde lo propioceptivo e interoceptivo  se produce una toma de conciencia del  déficit-en aquellos casos en que esta acción sea posible-. La psicomotricidad, aborda el cuerpo desde la posibilidad, esto ubica una diferencia con otras disciplinas que abordan el déficit  mientras que la psicomotricidad hace hincapié en  lo que el niño puede, en lo posible.

El caballo nos permite “reeducar" el organismo  ligado al tono y a la posición, y a su vez  trabajar en  lo corporal  a partir de  lo tónico-emocional y la actitud postural, a través de una propuesta  lúdico- corporal.

 El caballo  nos brinda mucha información desde su comportamiento, su lenguaje corporal, sus ritmos y su movimiento. La equitación nos  ayuda a practicar la adquisición de conocimientos en los casos donde se puede realizar un  trabajo deportivo. El ambiente de   trabajo es el medioambiente del  caballo, estamos en contacto con la naturaleza, al aire libre,  por lo tanto, aparecen  nociones diferentes al  trabajo en consultorio en lo espacio-.temporal, en las dimensiones y  en el movimiento. Todas estas nociones   que el medio ambiente del caballo nos permiten encontrar pueden ser utilizadas para fomentar la comunicación, el vinculo y la adquisición de aprendizajes entre otras cosas.
4.      Beneficios que produce el  trabajo  en equinoterapia en el organismo de los niños:

  • Posibilidad de moverse libremente a quien  esta impedido en la medida de sus posibilidades
  • El caballo le permite una exploración y una investidura diferente de del espacio
  • Amplia el horizonte visual
  • Disminución de la espasticidad y relajación muscular  durante la monta.
  • Estimulación del sistema nervioso central y  músculos comprometidos en la marcha
  • Favorece la tonificación muscular, la regulación del tono,  y la  inhibición de  reflejos y  patrones de movimientos  patológicos
  • Mejora  la  postura en casos de poco control  del  tronco  y cefálico
  • Organización  o reorganización postural
  • Conciencia de  las diferentes partes del cuerpo.
  • Conciencia de las partes y del todo
  • Mejora del equilibrio postural y dinámico
  • Estimula y simula  en  el momento de la monta la marcha (para quienes no pueden caminar), con lo  que genera una ejercitación muscular  y una percepción del cuerpo en movimiento a  través de ejercicios activos y pasivos similares a los de la marcha  humana
  • Estimulación de todos los sentidos  en forma simultanea
  • Fomenta  y estimula la  actitud postural
  • Favorece la simetría corporal
  • Favorece el vínculo, y el contacto a través de las diferentes posturas y posiciones que   favorecen la posibilidad de  conectar la mirada.
Con todo lo  dicho,  es mi intención dejar explicitado que el trabajo  que se realiza es de uno a uno , ya que   lo expuesto hasta el momento,  es un lineamiento general  sobre cómo  se  trabaja   lo orgánico en  equinoterapia y qué efectos produce el  andar del caballo en el organismo. Para cada niño hay un    trabajo particular adaptado a   las necesidades psicomotrices  de cada uno, con el  fin de evitar involuciones, y generar beneficios en la calidad y cantidad de los movimientos y en la calidad de    vida en general.

5.      Una posible mirada psicomotriz a la construcción corporal del niño con dificultades motrices en equinoterapia

 A lo largo de mi corta experiencia,  mientras acompañaba a diferentes niños en  el desarrollo  de la actividad, me preguntaba qué más podría  aportar el caballo al  niño  que lo monta,  más allá de sus aportes  al organismo del sujeto.

  Al observar  con un poco de  distancia la  diapositiva del binomio  más el equipo de trabajo, se genero ante mi mirada, una imagen  que hablaba por sí sola.  Pude  observar  la influencia de los distintos ritmos del paso del caballo y sus efectos en los niños, las diferentes  formas  de contacto entre el equipo y el niño, las vías de comunicación utilizadas  entre niño-equipo y viceversa y con el caballo, los cambios actitudinales y posturales durante y post monta, y por supuesto,  los efectos  en la autoestima y los cambios psicomotrices.

Luego de observar a varios niños,  comencé a     vislumbrar que  el caballo, ayuda a la construcción del cuerpo, ya que  el trabajo  en  equinoterapia  trae  consecuencias  y  cambios en el  esquema y en la imagen corporal de  quienes   practican esta actividad.

5.1.     Esquema corporal

   Respecto al esquema corporal  se puede  pensar que  la equinoterapia aporta grandes posibilidades de cambio y conocimiento o reconocimiento del propio cuerpo y del cuerpo en el espacio.

Para aquellos que tienen grandes dificultades motrices, (como  por ejemplo quienes se encuentran la mayor parte de su tiempo en una silla de ruedas), la posibilidad de subir  a un caballo, les permite  la ejercitación de  diferentes  fragmentos     corporales. Al mismo tiempo facilita su conocimiento o reconocimiento, ya que quizás,  hay partes del cuerpo que no se reconocen o se utilizan si no es arriba del caballo. Esto puede generar un reencuentro  con  distintas partes de  su  cuerpo que  vuelven o que pasan a  formar parte de  su esquema corporal.

 También,  hay un efecto  en  lo tónico-emocional, ya que   lo que les provoca a los niños estar subidos al caballo  genera cambios tónico-emocionales que repercuten directamente en sus posturas, y  también  comienzan a desplegar movimientos que  generalmente  no pueden realizar. El registro de hacer propio ese cuerpo   se da  a través del punto de apoyo de   del  cuerpo con el caballo que  es estimulado con el  paso del animal-a esto se le suma el trabajo del equipo que genera un plus con  la mirada que se tiene cada niño a través de  una intervención lúdica-corporal-. El niño registra  su cuerpo   gracias a  la actividad  muscular, al control tónico y  a la relajación que se producen  con el movimiento del caballo.

También, como  se ha  dicho anteriormente,  hay una toma de conciencia  de las posibilidades de  las cuales  dispone (en el caso de que sea posible la  toma de conciencia).Esto le permite  el trabajo sobre sí  mismo y la integración de esa parte del cuerpo “dañada”, “inexistente” o “ inútil”- según la mirada de algunos niños- a  su esquema corporal, generando así, en  muchos casos una mejora en  el autoestima del niño y potenciando así sus posibilidades de desarrollarse   al  máximo.
Como bien nos  dice el Dr. Lauhirat, los  niños reciben información de  los distintos segmentos de su cuerpo, aprenden a “sentirlo” y a adquirir  conciencia de   los mismos.  Comienzan  un camino de  registro de  “el otro  cuerpo”,  aquel que proviene de las sensaciones y de las experiencias profundas. Esto les facilita la exploración de la realidad que los circunda.

En los casos de  aquellos niños que tienen dificultades motrices,   el montar un caballo cambia las dimensiones y la visual que se tiene del espacio que  rodea al niño. Esto estimula la plasticidad  neuronal, y también le permite tener  otra concepción del espacio y de las dimensiones de  los objetos que lo rodean. Es un aprendizaje que entre otras cosas, nos deja  como lección la idea de que  siempre puede haber una mirada diferente  a la nuestra, ya que según el punto de vista, se ve una cara diferente de la realidad. Se trabaja en un espacio tridimensional, se cambia la perspectiva de la realidad, se  toma  conocimiento  de otra  dimensión  del espacio, y reconceptualizan diferentes nociones de  lo que puede  ser “arriba, abajo, ancho, largo” entre otras.

Se inviste diferente del espacio, ya que ese espacio recorrido arriba del caballo es nuevo, está generalmente acompañado de una escena lúdica con lo que se inviste de forma diferente a un espacio  de otra índole. El montar al caballo permite  un vínculo distinto con los otros y le permite al niño dominar el espacio con otras herramientas y posibilidades que no se tenían  hasta el momento (caballo, riendas, movimiento  del caballo generado por los niños).

 También, se ejercitan las nociones  espaciales y temporales que repercuten en la ubicación del propio cuerpo en  el espacio. Se pueden percibir posiciones y formas diferentes a las conocidas   (sentado en posición de monta, acostado en el lomo del caballo, abrazado del cuello del caballo, entre otras). Se aprehenden movimientos  conocidos en espacios  nuevos (giros, círculos, líneas rectas, un trote).  Hay  una resignificación del movimiento conocido. 

Sucede  también que los niños realizan movimientos por primera vez, lo que instaura una huella en sus cuerpos, huella que  marca   un antes y un después, huella  que les permitirá volver al próximo encuentro en su búsqueda…..

5.2.     Imagen corporal

Respecto a la imagen corporal,  se puede `pensar que en primer lugar, al estar  trabajando con un equipo interdisciplinario, éste le posibilitará, lo necesario para que se encuentre con sus propias habilidades para reconstruir o construir  su propia imagen corporal. Aquella que quizás tenga  un  tronco  que no se mantenga erecto,    quizás no pueda encontrar la línea media, o tenga  piernas que no sostienen.  Pero lo importante es que este niño se  pueda encontrar con lo que él tiene, con lo que él es, así generar una imagen corporal del cuerpo que tiene.

 En el caso de comenzar  a subjetivarse, es   trabajo  del equipo aportar a este objetivo,  utilizando al caballo como medio para  encontrar puntos  de  trabajo que sirvan para  mejorar, incrementar u hacer surgir una imagen corporal sana.  Para esto, se requiere un profesional del ámbito terapéutico que haya estado en contacto con los familiares del niño,  o sea, que conozca gran parte de su historia y que  conozca al niño en cuestión. Teniendo en cuenta todo esto, es que entiendo al abordaje psicomotor como el abordaje posible, en tanto que el psicomotricista posee los conocimientos para  intervenir en la construcción corporal del niño, teniéndolo en cuenta  tanto en su individualidad   como  inserto en su contexto familiar.

 Este es uno de los motivos por los que considero  fundamental el trabajo del psicomotricista en el equipo de  equinoterapia. Este  tipo de  trabajo es el esperado  desde mi perspectiva, en  lo que a la construcción  de la subjetividad se trate.  Debe ser coherente el  trabajo de todo el equipo en este punto. Deberá  ser realmente un equipo interdisciplinario, no solo la fachada del mismo.

Es importante también reflexionar respecto a la imagen corporal, que al  llamar al paciente/niño como jinete, estamos posesionándolo ante  sí y ante los otros, en un lugar habilitante. Lo corremos de ese lugar conocido de imposibilidad, hacia un lugar  de acción, actividad, y destreza. Esto repercute en su forma de pensarse a sí mismo, y más aún a medida que se van adquiriendo  habilidades y se van conquistando terrenos.

 Un ejemplo de ello es  Beto,  de once años, quien  a podido enfrentar a  sus compañeros  de clase que mal lo tratan y ha podido leer un cuento y escribir una historia y compartirla a pesar de su dislexia y disfasia,  luego de sus sesiones de equinoterapia. En todas las oportunidades,  en cada sesión había logrado superarse a sí mismo y estaba altamente motivado. Luego de la sesión de equino concurre a la escuela y realiza estas acciones. Se trabajó sobre su autoestima, Beto pudo conectarse con sus posibilidades, y al mejorar su autoestima, esto le permitió ir al encuentro con los otros que muchas veces lo anulaban. Vemos cómo sus logros como jinete (Beto trabaja ya en el área deportiva) se reflejan en  aquellos ámbitos donde   tiene dificultades.

Es común  que en esta actividad, los padres  se queden observando el trabajo de sus hijos,  situación  que no sucede quizás  en  otro  tipo de tratamientos, los padres generalmente no están presentes,  y esperan fuera del consultorio a sus hijos.
 En esta actividad, los padres  participan desde la mirada y los saludos y a veces   se los convoca a la pista. Esto repercute en la formación o reconstrucción de  la imagen corporal de los niños, ya que son mirados por sus padres, amigos o seres queridos, como sujetos  capaces de realizar una actividad y montar o dirigir a un  animal tan grande como un caballo.

 Esto  también genera cambios en  la forma de mirar de los padres, ya que  pueden depositar en sus hijos, quizás  alguna expectativa perdida  de  deseo respecto de sus  hijos.  Ya que si bien desde lo objetivo no van a ser jinetes de primera  ni serán federados en   ningún club, para ellos y para sus padres, estos niños   al menos por un momento pasan a  ser grandes  jinetes y amazonas capaces de muchas hazañas y destrezas, con lo que  se produce un reposicionamiento de la idea de hijo en la mente de los padres y un reposicionamiento del hijo respecto de sí. Hay un cambio en la estructuración subjetiva. Hay un  Otro que desea y ama y puede estar  contento  por los logros de  su pequeño jinete. Es   una posible motivación para ambos para  enfrentar día a día los obstáculos que les tocan a atravesar.

Otro ítem a pensar, es que el  niño, al  vincularse con el caballo, al compartir  su espacio  corporal y mantener  un contacto tan cercano,( si bien  tengo en claro que no se espeja con él),  pienso que existe la posibilidad de  pensarse a sí mismo  con características que   se le suelen atribuir al caballo, y por ejemplo a los caballeros. Ya que, gracias al posibilitar una  intervención lúdica-corporal, muchas veces  se convierten no sólo en  jinetes sino  en caballeros o  súper héroes que tienen a  su caballo de aliado. Esto conlleva a  incrementar  las imágenes sanas de sí, pensarse en  acciones  y  situaciones  posibles o con cualidades   tales como la nobleza, la  fortaleza, la vitalidad, la belleza, la fidelidad, la inteligencia. Cualidades humanas que suelen  ser  atribuidas a los caballos. Al estar en contacto y compartiendo actividades y  juegos con los caballos, podemos  hipotetizar que  los niños fortalecen su ego, gracias a  estas experiencias y estos contactos.

En  alguna  oportunidad    he vivido cómo el sentirse   un jinete gallardo, correr carreras de caballos, ser el domador de los caballos o un policía que captura  bandidos,  ha generado cambios y progresos en la mirada que  los niños tienen de sí. Vivir estas experiencias forman que  parte de las vivencias de la infancia, y todo niño sano que puede  jugar es factible que recree estas situaciones. Sin embargo  para aquellos que tienen muchos impedimentos orgánicos, y  problemas psicomotrices,   a  veces lo orgánico se torna  tan presente que   permitirse jugar a  este  tipo de juegos, es imposible, ya que  saben que no pueden. Quizás el caballo les permite un acercamiento desde lo real a su imaginación, ya que es un facilitador de situaciones. Es muy difícil una vez que estamos cómodos arriba de un caballo, no fantasear al menos una vez con  aquello de  lo propio que se mezcla con lo lúdico. Lo llamaría al caballo  “facilitador de fantasías.”(Facilitador de una escena lúdica que genera  jugar y jugar es salud).

 Es el caso de Ramiro,  un niño de doce años que tiene una parálisis cerebral espástica. Este niño concurre a equinoterapia hace muchos años, no  controla el tronco, sí  tiene control cefálico y  su espasticidad le complica mantener una postura erecta sentado arriba del caballo. En mi experiencia en el trabajo con él, he podido ver que Ramiro a  conseguido mantener la  postura correcta arriba del caballo en los momentos que más  divertido ha estado: jugando a las carreras,  jugando a ser el petisero, el domador de caballos, quien administra  el club, el dueño de  un Haras. Etc.

Aquí esta muy claro cómo el tono ligado a la emoción genera cambios en  las posiciones y las posturas de Ramiro. Él se pone derecho como   no  lo logra en  otras instancias. Estamos en frente de una escena  lúdica, con lo que hay algo del deseo de Ramiro que es convocado en esta instancia, su deseo de jugar, el deseo del equipo que lo sostiene   y lo demanda también a este encuentro. Es  aquí donde se da este encuentro psicomotor en equinoterapia, son estos momentos  los que me hacen pensar en  la excelencia de esta herramienta para el  trabajo psicomotor.

Ha sido en estos momentos de  juego, en los que Ramiro ha podido conjugar su deseo, su motivación y fantasía para poder  al menos por un rato, ser un niño, mas allá de la patología que porta. Claro, que  sus deseos se expresan a  través del  juego. Herramienta fundamental en el trabajo de equinoterapia, según mi perspectiva psicomotriz.

Por esto también considero  al psicomotricista como   actor  fundamental en la pista, ya que a la hora de desplegar una escena lúdica debiera ser el  eslabón   fundamental del equipo interdisciplinario. Debiera ser el encargado de  incorporar a la escena lúdica los objetivos de  trabajo  de las distintas disciplinas que formen parte del equipo de  trabajo. 

 Si bien en mi experiencia pude comprobar que no se  trabaja de  esta manera en todos  lo ámbitos, considero que la metodología de  trabajo debe ser  lúdico corporal. Así como en psicomotricidad, hay quienes plantean el  trabajo en reeducación, en equinoterapia   también hay reeducadores que   trabajan sólo lo orgánico,  lo postural, olvidándose que el paciente es un niño, sujeto  que elabora sus  problemáticas  a través del  juego y que necesita del  mismo para expresarse, relacionarse, conocer el mundo, vincularse con  los objetos, el espacio,  y los otros.

Por lo anteriormente  dicho, creo que es fundamental tomar a la equinoterapia como una forma de habilitación o rehabilitación, que tiene como herramienta principal de  trabajo al juego. Priorizando en muchas ocasiones el disfrute, el placer, lo puramente sensorio,  al   trabajo postural o cognitivo, enfatizando el vínculo del niño,  con el cuerpo, con el equipo, con el caballo y con la naturaleza.

5.2.Constructividad Corporal

También, el andar a   caballo, para quienes  tienen graves problemas motrices,  influye en su constructividad corporal. Como  bien nos  dice  Leticia González, encontramos índices de constructividad corporal en el ser humano. El primero es la estructura tónica. El sujeto,  que se encuentra en esta fase, integra a  su estructura de movimientos reflejos al tono, lo que pone en  evidencia cómo el sujeto frente a  un  estimulo externo reacciona inmediatamente a  través de una respuesta motriz. Es el primer momento de desarrollo del sujeto, el cual  se expresa  a través de su estructura psicomotriz. En esta ejercitación funcional para pasar del reflejo a la acción, hay un  intento de encuentro, de búsqueda  de situaciones placenteras.

 Aquellos niños que acuden a equinoterapia, muchas veces se encuentran en estadios  muy primitivos de la constructividad  corporal,   no generan movimientos propios, acciones con intencionalidad, sino que  tienen  movimientos estereotipados. El andar del caballo produce  muchísimos ajustes tónicos por  minuto, genera un estímulo en el sistema nervioso y en  los músculos de  los niños. Por lo  cual,  un estímulo externo, diferente a lo conocido  ha   generado movimientos en los niños que  nada tenían que ver con lo conocido hasta entonces. Nos   han tomado las manos,  han expresado su desagrado frente  a una situación no deseada. Con su cuerpo han pedido el movimiento del caballo  cuando éste había cesado por algún motivo. Todos estos movimientos, si bien para nosotros ya  no son estereotipados, son significados por el equipo que rodea al niño en el momento del  trabajo.

 También, esta  terapia ejerce gran influencia sobre el sistema  muscular, tonificando los músculos, lo que facilita en muchos casos  la modificación de la postura. Es el caso de Milagros, de  3 años con Síndrome de West y  parálisis cerebral hipotónica,  quien llega a  equinoterapia con un tono muscular muy bajo, sin control cefálico y con poca fuerza en las   manos. A  la  tercer  sesión,   pude notar cómo había crecido su caja torácica y si bien  no  controlaba  la cabeza,  su postura erguida había mejorado mucho  y    se mantenía en el sostén del profesional que la llevaba  con la cabeza  mucho más tiempo  en posición normal. También, el  balanceo  que realizaba arriba del caballo  le permitió fortalecer los músculos de la espalda. Esto ayudaba al control de la postura. Lo que le permitía a  Milagros  recibir   información diferente de la actividad que estaba realizando, generando registros nuevos.

Como dijimos anteriormente,  aquellos  sujetos que se encuentran en esta instancia, donde lo orgánico esta muy presente aún, pensamos al cuerpo del niño como objeto del accionar del adulto que lo acompaña, pero sin dejar de  ver el cambio que comienza a gestarse en algunos,   tratando de imprimirle intencionalidad a  su accionar.

Leticia Gonzáles ubica otra fase que es la instrumental, que no supera la anterior sino que se une. En este momento del desarrollo psicomotor el sujeto  ya despliega una intención, un querer.  Los intercambios que  el sujeto establece  con otro se  efectivizan en el privilegio  con el que se  desenvuelve el plano motor. Este plano motor esta contenido por un cuerpo tónico. Es   el momento donde el niño puede  tomar un  objeto y tirarlo.

 En equinoterapia, nos  encontramos con muchos niños con problemas motores que están  transitando  una dificultad en relación al accionar con   su cuerpo. Estos niños   aún siguen siendo objeto del accionar de otros, debido en  gran parte  a  su dificultad motriz (la silla de  ruedas es el obstáculo por excelencia que  favorece a que  muchas veces se le coarte la posibilidad de movilizarse al niño por sí solo, en caso de que pudiera claro está, ya que es más fácil o más rápido  trasladarlo que esperar el tiempo que el niño requiera para movilizarse por  sí mismo desde la silla).

Al  comenzar a realizar esta actividad, los niños cambian rotundamente, ya que se les brinda riendas para poder movilizar al caballo como ellos quieran por el espacio(podríamos reflexionar brevemente sobre  la significación de las riendas, ya que podemos pensar que remiten desde lo coloquial al  manejo de nuestras vidas,  a poder desenvolvernos por nosotros mismos, podríamos pensarlas como un  símbolo de libertad, de autonomía, y en equinoterapia estamos  trabajando con las mismas constantemente y  muchas veces  tienen ese significado tan cargado  y  fuerte) . Son amos y señores de sus movimientos por ese momento y desde arriba del caballo (claro que el equipo esta presente y  se tiene al caballo desde abajo, pero muchas veces, cuando se plantea esta actividad se le da la  libertad al niño que  con las riendas marque el paso y la direccionalidad de los movimientos del caballo).

 Pasan de ser llevados a llevarse a  sí mismos y  a un animal. Esto genera  consecuencias en  lo tónico emocional, ya que es el descubrir una posibilidad nueva. Pueden investir el  espacio  y a sí mismos  con  sus propias posibilidades sin que otro les marque constantemente por dónde y cómo movilizarse. Es un espacio de exploración y crecimiento personal. Es un momento liberador,  que se puede ver en las miradas  y en las  sonrisas de los niños en estos momentos. No tengo muchas más palabras que expliquen lo  sucede en aquellos que viven esta experiencia.

 A  diferencia de  otras terapias, creo que la equinoterapia brinda esta posibilidad única de vivir el cuerpo desde una óptica diferente. Permite  investir el  propio cuerpo y el espacio desde una nueva posibilidad anulada o perdida   hasta el momento. Se resignifican movimientos, vínculos, y  como se ha  dicho en otra oportunidad, pasan a ser actores de una actividad donde pueden generar, dejar una huella en sí  y en otros, y dejan por un momento  de  ser  quienes cargan en el mito familiar con  los déficits  y enfermedades. Si esto es   bien aprovechado por  los terapeutas y por la familia se puede resignificar y reubicar al  niño en su historia para poder ser mirado desde otro lugar por la familia.

6.      Ritmos en Equinoterapia

El caballo  en sus distintos aires (paso, trote, galope)  marca distintos ritmos. También cada caballo en  particular, como cada persona tiene sus propios ritmos y  un paso y una forma de desenvolverse en el espacio particular. A la hora de elegir un caballo para equinoterapia,  observar cómo es la cadencia de su paso y su trote  es importante y  tarea del especialista en  caballos, ya que tiene que cumplir con ciertos requisitos para que su andar surta efecto en los niños.  No cualquier caballo es apto desde su fisonomía para  trabajar en equinoterapia. Tiene que tener un paso especial, que a su vez marca cierto ritmo.

Aclarado este punto, que no es  menor, he observado que el ritmo impuesto por el paso del caballo en las sesiones de equinoterapia genera en algunos niños en su mayoría con una gran espasticidad una relajación  de sus músculos  y de su cuerpo diría que casi total, muchos niños que llegan muy fastidiados,  doloridos y enojados, al ser subidos, trasladados y sostenidos (claro que  también  el sostén influye, no podemos no mirar esta arista de la situación), se relajan, de una hipertonía pasan a  una  hipotonía en minutos, muchos se quedan dormidos. Encuentro al caballo como el mejor método de relajación en muchos casos, y me llama poderosamente la atención cómo en  tan poco tiempo se pueda lograr este efecto.  También, me pregunto  si  este andar del caballo, similar al andar  humano,  no  remitirá  al movimiento intrauterino, al  lugar seguro, al refugio materno. Hay  un plus en este movimiento del caballo y sus efectos sobre estos niños, que  bien sostenidos logran relajarse  y dormir.

 También he percibido y observado que la sesión de equinoterapia es una sesión en constante movimiento. Generalmente somos  tres personas caminando alrededor de un caballo, más una   cuarta persona que sostiene y lleva al niño en caso de que lo necesite.  Hay un tiempo de acomodación entre los integrantes del equipo y el andar del caballo, podríamos decir que  para poder  trabajar  se tiene   que generar un acuerdo tónico emocional en el grupo y hasta con  el caballo, ya que si el caballo  presenta signos de stress, desgano, cansancio  o molestia, cambia el tono de  base de  trabajo  grupal irrumpiendo muchas veces en el quehacer terapéutico y  muchas veces  dando por terminado el  trabajo.
 Hay algo de  lo tónico y de lo rítmico que todos los integrantes del equino debemos compartir para poder  generar una sesión con buenos resultados.  Es un acuerdo rítmico y tónico emocional, necesario para poder  trabajar en este equipo de  trabajo.

7.      Técnicas de intervención psicomotriz en Equinoterapia

Según Calmels encontramos algunas técnicas de intervención psicomotriz como ser: el sostén, el acompañamiento y la provocación.
Podemos pensar el sostén como la  base de sustentación, el apoyo, el dar alimento, lo que remite a la  función materna  quien sostiene, contiene y alimenta. A lo largo del desarrollo del niño se van sucediendo  distintos sostenes como ser: sostén de pecho, de brazos, luego de la marcha ya, sostén de  manos, y sostén de mirada.
He podido observar  a lo largo de mi corta experiencia, que estos sostenes están presentes constantemente en equinoterapia, de hecho podría afirmar que son la base del trabajo en esta terapia ecuestre.
 En primer lugar, podemos ver esto en  aquellos niños que no pueden sostenerse arriba del caballo por sí mismos, con lo cual necesitan un apoyo arriba del caballo. El apoyo no se da con una tabla  de madera por ejemplo, sino que es  el cuerpo de otro quien esta sosteniendo al niño  mientras realiza su terapia. Esto fomenta la construcción corporal ya que un cuerpo nace entre cuerpos y es el cuerpo de un terapeuta  el que se brinda para  sostener  la posibilidad de ser  tratado en este caso. En este sostener, al niño  hay  sostén de   pecho, de brazos, de mano.

Encontramos   también niños que  sí pueden sostenerse solos arriba del caballo, pero que requieren de  un sostén  emocional, por eso y por  seguridad también, a cada lado del caballo  marchan a   la par  de  los niños dos auxiliares que sostienen al  niño, entran en contacto con sus piernas o le dan la mano o simplemente lo convocan desde la mirada. Estamos frente al sostén de mano y de mirada. Esencial para este  trabajo.

Estas técnicas de intervención psicomotriz se aplican perfectamente al ejercicio de  la equinoterapia. De hecho, se realizan sin ser nombradas  de esta manera. Considero importante poder  darles un nombre desde la psicomotricidad a estas actividades  fundantes del desarrollo  de la equinoterapia, subrayando así la importancia  del rol del psicomotricista en equinoterapia y dando  fundamentos teóricos de por qué la equinoterapia es una herramienta útil al quehacer psicomotor.

Encontramos al acompañamiento como técnica psicomotriz.  La separación del cuerpo del adulto no implica una separación del contacto con el cuerpo del adulto, “se le da una mano” al niño que esta empezando a poder, se lo acompaña. En breves palabras esto es el acompañamiento según Calmels.

 En el ejercicio de  la equinoterapia, se esta  constantemente acompañando a los niños, ya que desde abajo, al lado del caballo, caminamos a la par del equino, observando  e interactuando con el niño, justamente acompañándolo en su sesión.  También esta técnica o este accionar es  base  fundante del trabajo en equinoterapia, ya que no  considero profesional ni  seguro,  trabajar sin auxiliares de  pista  a ambos lados del caballo.

Y  finalmente, respecto a la provocación, podemos decir que es la acción de incitar a una cosa. Una vez que el niño a  alcanzado cierto equilibro,  cierta estabilidad, el adulto lo incentiva  a desplazarse de ese lugar de  equilibrio. Podemos pensar así  a la provocación, como  un “pedirle algo más” al niño que se encuentra en un momento de equilibrio.

Esta técnica  es utilizada en la equinoterapia, ya que si bien  quizás no sea como las otras,  fundante de  la actividad, sí es necesaria debido a que en muchos casos los niños van  conquistando obstáculos y requieren de  nuevos incentivos   en la actividad.   Se le puede sumar a esto, la necesidad  de que ese incentivo nazca  también instintivamente por  parte del terapeuta, sin esperar a encontrarse con un  niño aburrido de la actividad, o cansado de repetir lo mismo, ya que esto puede generar un retroceso en  su tratamiento. Aquí radica la habilidad y la disponibilidad del terapeuta para anticipar cuándo es el momento indicado para intervenir  provocando nuevas situaciones o acciones  en y para el niño. Con esto, podemos ver cómo algunas técnicas de intervención psicomotriz se utilizan a diario sin ser nombradas en el ejercicio de la equinoterapia.

Mi labor en este apartado es apropiarme de las mismas como psicomotricista y empezar a nombrar  estas acciones  con estos  nombres,  intentando instaurarlas en el medio,  dotando así a la equinoterapia de herramientas psicomotrices y develando para la psicomotricidad una herramienta más de abordaje terapéutico como  es la equinoterapia.



8.      El juego como técnica de intervención por excelencia en Psicomotricidad y Equinoterapia

Desde nuestra disciplina, el juego es una de las herramientas  fundamentales de intervención en  el abordaje psicomotor. Pensamos que las funciones básicas del juego desde una mirada psicomotriz son la elaboración de temáticas de la vida del niño, la socialización, la exploración y aprendizaje del mundo que lo rodea, la creación y re creación de sí   mismo  y su mundo interior y  la experimentación  de lo aprendido; entre otras cosas.

En  la equinoterapia, se  trabaja mucho la  educación o  reeducación postural,  la rehabilitación tónico postural, o simplemente  se ejercita el organismo. Muchas veces  se pierde  de vista el cuerpo en este ejercitar -educar -rehabilitar.  Aquí es donde marco la importancia de la intervención lúdica en equinoterapia,  ya que sin ésta,  se estaría   haciendo una especie de kinesiología o fisiatría ecuestre, sin tener en cuenta lo terapéutico, herramienta de intervención y tratamiento. Si dejáramos de lado lo lúdico,  no pensaríamos en una terapia sino en una reeducacion a caballo.

Es importante tener en cuenta que para los niños, el venir a andar a caballo,  no es un  tratamiento más como a los que están acostumbrados en los consultorios, con ambos, paredes y ejercicios, sino que se encuentran   en la naturaleza con un ser vivo que  se les brinda por completo,  vienen a  montar, son jinetes no pacientes, y  vienen a jugar  arriba del caballo. Esta es la vivencia que  se intenta trasmitirles a  los niños que  acuden a equinoterapia. Es un momento de puro placer,   tienen en cuenta objetivos y ejercicios terapéuticos pensados en cada caso para  favorecer el bienestar y la calidad de vida de cada niño, pero ante la mirada de los niños, es un momento de juego y diversión. Al menos creo que es la forma  en que se debería  trabajar en esta terapia y desde mi concepción teórica de  la   disciplina  en la que comienzo a desarrollarme.

 Sin el juego, la equinoterapia a mi modo de ver, se  convierte en una kinesiología o  fisiatría (mal aplicada en muchos casos, ya que en pocas ocasiones encontramos a este profesional de la salud trabajando en la pista con el niño, sino a otros profesionales  o   no profesionales no instruidos en el  trabajo  propio del kinesiólogo o del fisiatra) en el mejor de los casos, sin no es que termina siendo una vuelta a  caballo con pretensiones terapéuticas.

 Si bien seguramente  tendrá efectos terapéuticos el montar a caballo, de hecho todo nosotros lo podemos experimentar si  nos gustan los caballos y dar un paseo a caballo, puede producir en  nosotros efectos  terapéuticos, pero  distinto es que sea una terapia. Con eso reivindico el lugar del terapeuta en equinoterapia y más específicamente el rol  fundamental a mi modo de entender, del psicomotricista en la pista de   equinoterapia.

9.      Comunicación

Podemos pensar a la comunicación como un objetivo  fundamental del  trabajo psicomotor.
 En  equinoterapia, al  trabajar con un animal que tiene su propio lenguaje, todos los integrantes  del equipo tenemos que aprender a decodificar el lenguaje corporal del caballo para poder entender qué es lo que su accionar esta significándose en el momento de la terapia, pensando siempre en  entender sus mensajes para poder  velar correctamente por el bienestar del  niño en primer momento y luego del animal. Por lo que nos encontramos  trabajando en primera instancia con un animal  y  leyendo su lenguaje corporal.

 A esta terapia concurren muchos niños que no manejan el lenguaje verbal, con lo que debemos estar constantemente decodificando su accionar, significándolo  e interpelándolo, ya que es con lo que cuentan para poder expresarse. En mi experiencia, he  visto muchas veces  la gestación y nacimiento de un gesto, de un movimiento que quizás no  tenia significado en un primer momento pero luego con  la intervención de  otro, ese movimiento cobró sentido y se enmarcó en  una cadena de significantes  para ese    sujeto en cuestión.

 He podido observar cómo el  caballo es un gran estímulo para comunicarse. Al subirse, muchos niños comienzan a   expresarse a su  forma, algunos hablando otros   generando un juego de miradas (es muy importante resaltar el tema de la mirada del niño en  la posición en la que se  encuentra, ya que puede generar contacto visual desde una posición diferente a la habitual ya que se encuentra arriba del caballo, esta vez los que debemos mirar hacia arriba somos los terapeutas, y también, la posición  arriba del caballo le permite a muchos niños que no controlan  su cabeza, poder mirar a los ojos a quienes en otras ocasiones se les dificulta  bastante, con eso  podemos pensar que esta posición privilegiada  favorece la comunicación y el contacto   visual).
Con esto, podemos  pensar en una transferencia corporal que está siempre presente en  este  tipo de  trabajo.

 Es función especifica del psicomotricista poder decodificar este lenguaje corporal del niño que concurre a  equinoterapia, poder también reconocer cuándo un  movimiento se convierte en gesto, cuándo   un toque en caricia y prestar especial atención al  trabajo con la mirada de los niños,  ya que es una vía de comunicación  muy rica y que en esta terapia aparece constantemente debido a la disponibilidad de los niños y también por  que la posición de  los niños arriba del caballo  favorece que se generen encuentros entre las miradas.

 Con todo lo dicho anteriormente podemos concluir  que  la equinoterapia es  una posible  y  útil  herramienta de  trabajo para el psicomotricista, encontrando en el desarrollo de esta actividad varios elementos  de  trabajo en común y nuevas o diferentes formas de abordar temáticas que incumben a la labor del psicomotricista, generando opciones de   trabajo diferentes que aportan a la constructividad  corporal de los niños que acuden a equinoterapia.

 A su vez, podemos pensar  con lo  dicho que   para que esta   forma de  terapia realmente lo sea, se necesita un profesional del área de la salud en la pista al momento de realizar la actividad.

 Creemos con esta investigación, dar cuenta de la  importancia   y la especificidad de que este profesional  sea un psicomotricista, ya que en el trabajo en pista  se  tocan temáticas que  incumben de forma directa al quehacer psicomotor.

 
10.      Bibliografía
·     Asociación olavarriense de Equinoterapia (2006).  Apuntes del Curso.
·    Calmels, Daniel (2001): Cuerpo y saber. Buenos Aires: Novedades Educativas.
·    Calmels, Daniel (2001): Del sostén a la transgresión. Buenos Aires: Novedades educativas.
·    Calmels, Daniel (2007): Juegos de Crianza. Buenos Aires: Biblos.
·  Fainblum, Alicia: “Del organismo al cuerpo subjetivado”. En: Una perspectiva clínica del psicoanálisis, 69-81.
·    González, Leticia (1996): Apuntes del desarrollo psicomotor sobre la constructividad corporal. Buenos Aires.
·    Palomino Gómez, G. (2002): “La hipoterapia, una alternativa para la salud”. En: Memoria del 1er Congreso de  Terapia asistida con animales de compañía. Pág.3.
Psmta. Margarita Ziade
Mail: akasha2000@hotmail.com, administracion@bocalanargentina.com
Formación Académica
• Organizadora de Eventos Profesional- F. A. E. C.C
• Tec. En salud especializada en Psicomotricidad La Salle.-
• Clínica Psicomotriz E. Levin.-

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