miércoles, 13 de mayo de 2020
DISPONIBILIDAD CORPORAL EN TIEMPOS DE PANDEMIA
9:09
(breve reflexión) de:
Lic.
en Psicomotricidad
Esp.
en Atención Temprana del Desarrollo Infantil
A
modo de introducción, cuando hablamos de Psicomotricidad, interesa destacar la
importancia de la relación que se establece entre el Psicomotricista y su
paciente/alumno en el espacio destinado a tal fin. Es allí y a partir de esa
relación, mediada por un dialogo tónico-corporal que fluye naturalmente entre los
participantes, en donde se edifican y surgen, entre otras cosas, producciones en
términos de simbolizaciones y representaciones, que favorecen el desarrollo
integral de la persona. Además, los Psicomotricistas contamos con herramientas
fundamentales para llevar a cabo nuestra tarea, entre las que se destacan: una
escucha atenta, la disponibilidad corporal y la capacidad tónico-empática, que
nos permitirán recibir al otro como persona única, portadora de una historia
singular.
Actualmente,
y desde que se inició el proceso de aislamiento obligatorio, me he encontrado
con una amplia variedad de discursos (en los que me incluyo), tanto de familias
como de profesionales. Pese a ello muchos coincidieron en que el uso de la
virtualidad, impuesta por actividades escolares o laborales, afecta la
cotidianeidad de cada familia en general y de cada integrante en particular; manifestando
agotamiento o cansancio extremo, dificultades en la organización de rutinas,
dificultades en conciliar el sueño y mantener una alimentación adecuada, etc.
Si
bien el escenario que se nos presenta es absolutamente dinámico e impreciso,
creo que es momento de reflexionar y poder pensar juntos los desafíos con los que
nos encontraremos cuando finalice la pandemia, tanto en el ámbito educativo como
terapéutico.
Pienso
que debemos centrar nuestra mirada, con amorosidad y empatía, en cómo cada
familia en particular atravesó el proceso de aislamiento. Teniendo en cuenta sus
recursos económicos, la disponibilidad que los adultos pudieron mantener para
con los niños dentro de un marco de preocupaciones y obligaciones, cómo afectó
dicha disponibilidad en los vínculos cotidianos y las implicancias que ello
tuvo en la actividad lúdica o “juego” de los más pequeños, entre otras cosas.
En
otras palabras, si tenemos en cuenta las diferentes variables que atraviesan el
desarrollo de la persona, desde su equipamiento biológico hasta el soporte
social, cultural, psicológico y ecológico con el que cuenta, podremos
desarrollar estrategias que respondan exclusivamente a las necesidades y
posibilidades de cada niño y su familia.
martes, 5 de mayo de 2020
¿De qué hablamos cuando hablamos de Clínica Psicomotriz?
14:43
Al
hablar de clínica se habla de sufrimiento, de algo que está obturando, algo que
genera malestar. Se piensa en el sufrimiento que se deja entrever en las
producciones tónico-posturales, y no de un desarrollo que se considere
esperable o saludable.
La
mirada técnica recae sobre el sujeto en relación con su cuerpo y con el Otro.
Es en el funcionamiento y la funcionalidad donde se encuentra la especificidad
de nuestra disciplina.
Se considera el funcionamiento, como el uso
singular que cada sujeto hace de una función. En la funcionalidad consta el valor que tienen para
el Otro los actos que el sujeto realiza y el significado que le otorga.
Función, funcionamiento y funcionalidad se encuentran entrelazados ya que el
sujeto en todo su accionar es y se encuentra en continua relación con un Otro.
Al
intentar comprender el sufrimiento desde la clínica psicomotriz, se hace
necesario un “viaje” por la historia
del sujeto, teniendo en cuenta que es en su historia donde se reflejan las
inscripciones de su cuerpo.
Se
considera fundamental comenzar por el inicio, emprender junto a ese Otro
significativo el recorrido de su historia, que cuenta, que dice y que calla,
sobre el padecer del niño.
El
cuerpo de un sujeto, antes de ser expresivo, es receptáculo, un lugar de
inscripción, una forma implacablemente destinada a imprimirse con los
escenarios y colores de otros.
Lo central del
diagnóstico, es ubicar la posición del cuerpo, el cual se encuentra atravesado por el discurso de
la familia, de la escuela, e inmerso en un contexto determinado.
El
quehacer que nos compete es el de observar, escuchar, leer y pensar lo que se
habla de ese cuerpo receptáculo, lugar de múltiples inscripciones, para así
intentar comprender qué sucedió en esas etapas de construcción y poder pensar
el porqué del origen de los síntomas.
La
clínica implica una posición interdisciplinaria y ética. Considero que puede
parecer cómodo trabajar con otros dado el origen de esta disciplina y he
observado que generalmente somos nosotros (los psicomotricistas), los que
buscamos a otros profesionales para resolver el tema que nos convoca (dada la
necesidad de estar con otros), para poder comprender, para dar completud.
Pueden
existir diversos caminos para arribar a un diagnóstico y/o tratamiento. Cada
uno encontrará su método propio para comenzar, pero con la certeza de que vamos
a tener modos de trabajo pensados a cada sujeto en particular y no en líneas generales.
Me gusta creer que a cada individuo le pueda corresponder tanto un diagnóstico
como un psicomotricista diferente.
Editora Licenciada en Psicomotricidad Mady Alvarado
¿Cómo pensar la (re)construcción del cuerpo en tiempos de pandemia?
14:29
Momento inédito el que nos toca vivir, en estos días de aislamiento, y con
un futuro de encuentros restringidos. En la actual situación de aislamiento
social, donde construimos islas solo franqueadas ocasionalmente por algún
miembro que “sale” a realizar algún trámite o realizar alguna compra.
Un tiempo sin tiempos, donde no hay horarios, ni días diferenciados, donde
se desestructuran las rutinas, y trastocan los hábitos; y sabiendo que el
hábito estructura temporalmente, y que el cuerpo se estructura a partir de una
sucesión de tiempos, de pausas, de actividad y distensión, nos queda
plantearnos ¿cómo estructurar el tiempo desestructurado?
Por otro lado, si pensamos que la construcción del cuerpo se realiza en la
vivencia con el cuerpo del otro, y desde
la experiencia con el prójimo, y vemos que nuestro prójimo, más allá de nuestra
familia cercana, lo vemos y escuchamos virtualmente a través de una pantalla, y
en un futuro, bastante extenso (e incierto), pensamos ¿cómo serán las futuras
experiencias corporales mediatizadas por un distanciamiento prudencial, el no
contacto ( se está hablando que deberemos cambiar hasta nuestra afectiva forma
de saludarnos), sin descartar que internamente se llegue a pensar al otro como
posible agente de contagio!
Respecto a la construcción de una adecuada imagen corporal, como un
producto que se va desarrollando a partir de la experiencia de ser tocado por
el otro y de interactuar con el mundo circundante; nos quedará pendiente cómo
resolver la calidad de ese toque, esa caricia y la experiencia con un mundo que
nos rodea que ahora representa peligro, un peligro de contagio invisible, no
medido.
Y, por último, pensando en los juegos corporales, estos que cumplen un rol
estructurante, ya que en ellos se ponen en juego la calidad del encuentro con
el cuerpo del otro en todas sus dimensiones. Es aquí que abrimos la reflexión
de ¿cómo pensar los encuentros?,¿son realmente encuentros, si los cuerpos
deberán permanecer a distancia?
Serán momentos de pensar en el sostén de la mirada, el abrazo de las
palabras, el arrullo de una canción; el mecer, sostener y abarcar con un relato,
un cuento.
Estamos viviendo nuevos tiempos, y nuevos desafíos nos reclaman…
Editora Licenciada en Psicomotricidad Mady Alvarado
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