sábado, 11 de abril de 2020
La importancia de los objetos de juego en el desarrollo psicomotor
14:14
Escribe para Revista de Psicomotricidad PuntoCom Lucila Levin @esdemadrepsicomotricista . Gracias!!
Los psicomotricistas utilizamos en la práctica nuestro cuerpo y los objetos como
mediadores fundamentales en el juego. ¿Pero cuántas veces reflexionamos sobre las
cualidades y características de los objetos en relación a cada etapa del desarrollo?
¿Sobre cómo sacar el mayor beneficio de esa interacción para el desarrollo psicomotor
del bebé/niño? Yo por lo menos hace poco tiempo, y fue gracias a un seminario de E.
Pikler donde se ponía el foco en la relación de los objetos con el movimiento libre y el
aprendizaje significativo que se genera.
Uno de los tres aspectos de la función materna descripta por D. Winnicott es la
presentación de objetos, que implica enseñarle al bebé el mundo de los objetos (y las
personas) a través de su uso, su nombre, sus características, su interacción en general.
Pensemos que el bebé en el mundo intrauterino cuenta con la ingravidez del medio
acuoso (líquido amniótico), no necesita hacer uso de ningún sistema, encuentra en las
paredes del útero un limite que le ofrece seguridad, contención y envoltura. Es un espacio
desprovisto de objetos (salvo el cordón umbilical, con el que muchas veces interactúa),
donde la luz y el sonido le llegan de forma atenuada.
El acto del nacimiento es el pasaje a un mundo completamente diferente, la gravedad
impone su fuerza, los sistemas se ponen en funcionamiento casi todos a la vez, el espacio
de repente se vuelve incalculable generando una desorganización a nivel tónicoemocional por no percibir ese limite contenedor. Es un mundo lleno de luces vibrantes,
sonidos variados en volumen y tipo y repleto de objetos y personas.
Teniendo en cuenta este pasaje podremos ubicarnos en el lugar del niño, comprendiendo
por qué puede ser fácilmente abrumado por un entorno excesivo y caótico al verse
limitado para lidiar con tanta información a la vez.
Por eso es fundamental crear un ambiente adecuado a cada momento, presentarle el
mundo de a poco, respetando los tiempo del bebé dejando explorar libremente su entorno
que implica tener los objetos a su alcance. Así logrará un aprendizaje placentero y
significativo, ya que de lo contrario el exceso de estímulos podrá generarle sensación de
caos y frustración dejando una impronta poco agradable del entorno.
Cada etapa del desarrollo presenta características diferentes, por lo que los objetos deben
acompañar adecuadamente estas. Los objetos están a merced del niño, se dejan
manipular, chupar, observar, golpear, apilar y todo lo que su creatividad le permita hacer.
Si esto sucede a la inversa, si el niño está a merced del objeto queda “fuera de juego” por
que no sabe qué hacer. Por ejemplo, si le damos una pelota pesada y que rueda a un
bebé de 2 meses no podrá agarrarla y si lo hace por el reflejo de presión palmar, no podrá
soltarla voluntariamente, si la suelta por casualidad y rueda lejos de su cuerpo no podrá ir
a buscarla por que aún no está listo para desplazarse y esto probablemente genere
frustración.
Por eso es de suma importancia prestar atención tanto a la cantidad de objetos que
ofrecemos como a las características de estos (tamaño, peso, forma, superficie, sonido y
uso) y a las de la etapa del desarrollo psicomotor, logrando que los objetos sean los
compañeros ideales para optimizar el potencial que los niños traen consigo.
El mundo en el que vivimos esta compuesto de personas y objetos, por lo tanto la
relación que establecemos con ellos es fundamental para nuestra constitución
como sujetos psicomotores. Si el objeto es adecuado a la etapa del desarrollo la
interacción dará como resultado una transformación maravillosa de ambos en el
terreno mágico del juego.
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