sábado, 29 de octubre de 2022

Psicomotricidad Acuática. Abordaje Terapéutico

 




Hay que sumergirse:

Para hablar del agua y sus propiedades.

Para explicar el modo de abordaje terapéutico.

Para jugar con las infancias en el agua.

Para pensar en la construcción y uso del material que ayudará en el trabajo.

Para saber qué se siente estar relajada en el agua.

Para sentir y luego proponer.

Para no quedarse en lo teórico ni en lo escuchado de una experiencia ajena.

Para poder compartir de manera amable cada recorrido.

Para bajarse de la soberbia del saber y quedarse en las cálidas aguas del "sigo aprendiendo"

Para esto y mucho más, hay que sumergirse.

No queda otra.

Dedicado a mis compañeros y compañeras del agua... A los que día a día, están sumergidos en el agua.

Mady Alvarado

 

Psicomotricidad acuática.

Abordaje terapéutico

 por Mady Alvarado[1]

Los profesionales que nos desempañamos en el agua como psicomotricistas[2], ofrecemos un espacio donde las personas se sienten acompañadas y lo hacemos desde nuestra posición terapéutica de disponibilidad corporal.  

Recibimos pacientes o usuarios, como lo explica Celina Marini que en general presentan un hacer corporal desorganizado, con inhibición, con un hacer corporal estereotipado, con dificultades en la comunicación, en la relación con los otros, en la apropiación con el espacio, manejo de los objetos, con dificultades en la escuela y en la inclusión a nivel social. Todos los casos son diferentes, y responden a una historia que es preciso escuchar con diferentes modalidades en las cuales se incluyen las entrevistas iniciales previas al ingreso al agua, como parte del marco del tratamiento terapéutico.

Por su parte, el uso del agua con fines terapéuticos no es una modalidad nueva, a lo largo de la historia nos encontramos con diferentes antecedentes que muestran como los seres humanos se han servido de esta sustancia para lograr la cura del cuerpo. La psicomotricista francesa Catherine Potel (2015), nos dice el agua siempre ha sido asociada a los colores de las emociones humanas y empoderada de una gran riqueza simbólica, que ha alimentado los cuentos, las leyendas y las mitologías de cualquier cultura.

Por esa razón, el uso del agua en psicomotricidad, no puede desconocer estás inscripciones simbólicas de la cultura, ya que se mantienen presente en todo el proceso de intervención en el medio acuático.


Respecto a la Psicomotricidad acuática, dice Gil Plá (2015) , Podríamos pensar que los orígenes de la psicomotricidad acuática se encuentren quizá en la década de los sesenta en los países francófonos, donde se desarrollaron con fuerza unas prácticas acuáticas para bebés inicialmente llamadas suaves y que se caracterizaban por concebir el técnico como un guía o acompañante; por considerar el aprendizaje natatorio como un simple resultado del desarrollo del sujeto en el agua; por promover el placer y la espontaneidad en un entorno de libertad para el bebé y por comprender el medio acuático como un espacio de desarrollo educativo y terapéutico. Decimos pues, que interpretamos estas prácticas como posibles orígenes de la psicomotricidad acuática porque estas características descritas son también ejes principales de la intervención en psicomotricidad.

Con este origen difuso relativamente cercano y la observación que las lecturas de psicomotricidad acuática describen fundamentalmente una atención sobre las experiencias profesionales en lugar de las bases teóricas que la fundamentan; podemos considerar que la psicomotricidad acuática es una disciplina joven que está fortaleciendo su discurso conceptual.



"Te voy a sostener hasta que ya no me necesites"

Mady Alvarado

Por lo tanto, me veo en la obligación de definir la psicomotricidad acuática[3] como un modo de abordaje terapéutico que busca comprender el sufrimiento que portan los pacientes expresado en algún tipo de discapacidad. Basándose  en la relación con el propio cuerpo, los otros, los objetos, el espacio, el tiempo y el movimiento, a través de la dimensión psicológica y emocional. Para ello necesita, de manera imperiosa, un profesional formado psico-corporalmente, entendiendo que el tratamiento es como dice Potel, el encuentro de dos psiques (la del paciente y su terapeuta), buscando como propósito el advenimiento de la autonomía.

La psicomotricidad acuática no tiene como fin el trabajo específico sobre alguna de las funciones del organismo, ni asume una tarea de rehabilitación, haciendo una clara diferenciación entre   organismo y cuerpo siendo este último su objeto de estudio e intervención. Ya que considera la amplitud del lenguaje, lo psíquico y lo emocional en conjunción, desarmonía, desencuentro u extrema conciencia y presencia con los registros y malestares de la organicidad, visto como una relación dialéctica, profunda, lejos de ser pensada como una globalidad amable y llevadera, porque siempre aguarda y sostiene una relación con lo corporal conflictiva y dolorosa.


En psicomotricidad acuática utilizamos una piscina con  el agua entre 30 a 32 grados de acuerdo a la estación del año, lo que se procura es que el agua este templada, en patologías tales como la hipotonía necesitamos menos grados en el agua, si bien no trabajamos en piscinas terapéuticas, lo que si diseñamos y procuramos que la accesibilidad se cumpla de acuerdo a las características del paciente. El contexto de trabajo en psicomotricidad acuática es el siguiente: trabajamos con personas con diferentes diagnósticos, que poseen lo que se denomina certificado único de discapacidad[4]. Ofrecemos un servicio de atención individual, con sesiones semanales de 45 minutos, una o dos veces por semana, o en pequeños grupos de 2 a 4 personas con sesiones de una hora. Los tratamientos tienen continuidad de por lo menos 3 años y son gratuitos para los pacientes que cuentan con certificado único de discapacidad. Y lo que cabe destacar es que el psicomotricista acuático trabaja adentro del agua, y no desde los bordes de la piscina.



Los psicomotricistas acuáticos elegimos un medio con un objeto concreto que es el agua, donde esta tiene efecto terapéutico siempre y cuando esté inscripta en un dispositivo y un encuadre. Dentro de este dispositivo, el cuerpo del psicomotricista se ve afectado e interpelado por el lenguaje, la mirada, el contacto (no el tacto), la estructura tónico postural para que   sus pacientes tengan una vía regia para vivenciar sensaciones y emociones por la vía de lo corporal.

En psicomotricidad acuática se interviene a través del juego corporal, actividades motrices, sensoriales y rítmica, la imitación, la voz, el lenguaje, el movimiento libre y expresivo, el trabajo con la respiración, la relajación terapéutica y la distensión muscular, técnicas corporales que son utilizadas como recursos y no son llevadas a cabo tal cual lo indican, sino que se toman de ellas algunas cuestiones técnicas que resulten propicias para los pacientes.

Dice Potel que esta práctica acuática es una mediación corporal buena para la simbolización, que abre a la capacidad de jugar y que utiliza el cuerpo como “mediador y apuesta relacional entre dos psiques, y entre la psique y el mundo” y en sus palabras, la tarea del psicomotricista es proponer un apuntalamiento relacional suficientemente bueno a fin de posibilitar el advenimiento de una mayor autonomía corporal y psíquica, un ensanchamiento del campo de acción, una integración de nuevos punto de referencia en un sistema de representación.

Este modo de abordaje terapéutico no tiene como fin en sí mismo la rehabilitación, en nuestro enfoque clínico, tomamos las variantes emocionales y psíquicas, en relación directa con el movimiento, la postura, la actitud, el tono muscular, la emoción, la gestualidad, el juego, la imagen y el esquema corporal, el lenguaje o la ausencia del mismo, la relación con el espacio, el tiempo, los objetos y los otros. Todo dentro de una práctica que toma cada caso de manera particular, con lo cual no se trata de una práctica clínica que toma un único método de trabajo, ya que resulta imposible cuando se atiende a la subjetividad de la persona. Esto quiere decir que el psicomotricista acuático, realiza intervenciones desde lo corporal, tales como favorecer nuevos modos de funcionamiento psicomotor, basado en lo que denominamos vínculo terapéutico. El trabajo directo con la corporeidad para comprender qué le sucede a la persona en su psiquismo como un ser social que a partir de lo biológico pasa por un proceso de transformaciones durante el crecimiento y el desarrollo dentro de un contexto social, porque la Psicomotricidad acuática es la unión intima del movimiento y el psiquismo en el agua.

Para finalizar se considera a la psicomotricidad acuática, como una disciplina que puede aportar a los diferentes profesionales, herramientas y recursos para el abordaje terapéutico  en el agua ligado a lo emocional y psíquico.

 

BIBLIOGRAFIA Y WEBGRAFÍA

             Alvarado, M. (Coord).  (2016) #JugarEnPsicomotricidad. Estudios, análisis, reflexión y práctica.

             Acouturier (2013 ) Cuerpo, emoción y afecto en http://www.revistadepsicomotricidad.com/2013/10/cuerpo-emocion-y-afecto-en-el-nino.html

             Biscossa, G y SAgray, H. Psicomotricidad en y con el agua para niños y adolescente.

             Calmels, D. (2008) Psicomotricidad. ¿Cuándo y cómo interviene un psicomotricista? Módulo 4. Pronap 08. Extraído el 12 de agosto en http://www.sap.org.ar/pronap/pronap2008/modulo4/psicomot.pdf

             Camus, J. Le (1998). Las prácticas acuáticas del bebé. Barcelona: Pai¬dotribo.

             Cedrón, S. (2000) Poner el cuerpo a Jugar. En Psicomotricidad. El cuerpo en juego: hacer, sentir, pensar. 0 a 5. Educación en los primeros años. Ediciones Novedades Educativas, Buenos Aires, Argentina

             Elkonin, D. (1985) Psicología del Juego. España. Aprendizaje Visor. Pp 147-162

             Garvey, C. (1985) El juego infantil. Morata. España. Pp 123-154

             LE BOULCH, J.: Hacia una ciencia del movimiento humano. Ed. Paidós, Buenos Aires.

             Lesbegueris, M. Las Lógicas de la Formación corporal en http://www.revistadepsicomotricidad.com/2015/03/version-en-formato-pdf-por-mara.html

             Potel, C. (2003). El cuerpo y el agua. La mediación en psicomotricidad. Madrid: Akal.

             Potel, C. El agua, una mediación terapéutica transicional. En http://www.revistadepsicomotricidad.com/2015/08/el-agua-una-mediacion-terapeutica.html

             Sanz, M y Sanz, M. (2015) El agua en la infancia. Editorial Urano.

             Trang -Thong (1981). La teoría de las actitudes de Henri Wallon y sus consecuencias.

             Tran-Thong (1971). Qué ha dicho verdaderamente WALLON. Editorial Doncel. Madrid España

             Wallon, H. (1982). Los orígenes del carácter en el niño. Buenos Aires: Nueva Visión.

             Marini, Celina. Apunte de Universidad. Buenos Aires


 

 

 



[1] Mady Alvarado es profesora de Nivel Inicial , técnica y Licenciada en Psicomotricidad, especializada en Educación y medio acuático.

Se ha desempeñado como psicomotricista en el área de gerontopsicomotricidad, en el nivel inicial, en la atención terapéutica en el agua con pacientes con discapacidad de todas las franjas etarias.

Es creadora y dirige hace 11 años uno de los espacios de referencia de la psicomotricidad a nivel mundial de difusión y creación de proyectos: Revista de Psicomotricidad PuntoCom, siendo la coordinadora de los equipos de trabajo de Argentina y España.

Además es coordinadora y supervisora del Equipo de Ser Agua. Psicomotricidad Acuática, en la provincia de Buenos Aires.

Actualmente es convocada en diferentes países para dictar  capacitaciones sobre psicomotricidad en el nivel inicial y sobre psicomotricidad acuática.

Ha participado de varios proyectos de voluntariado siendo sus áreas de interés la infancia, la salud y la educación.

Ex Becaria de Rotary Internacional y la universidad Nacional de Tres de Febrero a Alemania 2014, con el programa de Intercambio cultural y profesional, realizado en 5 ciudades alemanas.

Además, es creadora del Proyecto Ciclos de Formación en Psicomotricidad y medio acuático.

Por último es coordinadora del libro #JugarEnPsicomotricidad. Estudios, análisis, reflexión y práctica, con la participación de mayoría de destacados psicomotricistas de Argentina, España y Francia, editado en Argentina.

[2] La Psicomotricidad en Argentina, al igual que algunos pocos países, es una profesión de grado universitario, requiere la formación a nivel corporal y personal, y la formación en la línea terapéutica, con formación en materias de línea médica, incumbencias en el ámbito educativo, clínico, hospitalario y socio-comunitario. Requiere además prácticas profesionales en educación especial y en el nivel inicial, en hospitales públicos y en instituciones comunitarias. El título universitario que se recibe es el de Licenciado en Psicomotricidad. Sabemos que en algunos países la palabra “licenciado” se atribuye a una persona con poca o nula formación, pero en Argentina es la denominación que se recibe al culminar la Universidad luego de programas académicos de más de 5 años.

Respecto a la psicomotricidad acuática, somos un campo de abordaje terapéutico en franco desarrollo, si bien tiene varios años, por mucho tiempo fuimos pocos los profesionales dedicados a este ámbito. Las nuevas generaciones de psicomotricistas incluyen en su práctica profesional el medio acuático, siendo nosotros y quien les habla, referentes a nivel formativo. Además, cabe aclarar a nivel del Ministerio de Salud de la República Argentina, la psicomotricidad y la kinesiología, son las dos profesiones que están habilitados para ejercer la terapia en el medio acuático con personas con discapacidad, y ambas profesiones deben tener matrícula habilitante y tener la inscripción en el registro nacional de prestadores de salud.

[3] Voy a esbozar por otro lado dos definiciones de prácticas corporales terapéuticas, de manera muy sintética a modo de acompañar al lector en el recorrido del presente texto

La hidroterapia

La hidroterapia es el tratamiento del cuerpo, total o parcial, mediante la aplicación de agua potable u ordinaria, pudiendo variar y alternar la temperatura y la presión, unida o no a la utilización de compresas o sustancias sobre la piel. Por lo tanto, se utilizan las propiedades mecánicas y térmicas del agua con fines terapéuticos sobre la piel y las mucosas.

Terapia acuática

Es el procedimiento terapéutico, que utiliza de forma combinada las propiedades mecánicas del agua junto con técnicas e intervenciones específicas del tratamiento, con el fin de facilitar la función y la consecución de los objeticos terapéutico propuestos, se desarrolla en instituciones desarrolladas para dicha actividad, con piscinas específicas. Se desarrolla en piscinas y o tanques terapéuticos, sonde el paciente puede sumergir el cuerpo de manera total o parcial, además se incluye la utilización de duchas y chorros de agua. Para el ejercicio profesional de la Terapia acuática es necesario contar con una formación académica universitaria de grado, como también sucede en la Psicomotricidad acuática.

[4] Qué es el Certificado Único de Discapacidad en Argentina:

Cobertura del 100% de las prestaciones del sistema de prestaciones básicas para personas con discapacidad. Esas prestaciones incluyen: tratamientos médicos, rehabilitadores, apoyos educativos, prótesis, etc. Se agrega, acceso gratuito al transporte público Nacional de corta, mediana y larga distancia en trenes, subtes, colectivos y micros. El Símbolo Internacional de Acceso para tener libre tránsito y estacionamiento.

Acceso a asignaciones familiares para personas con discapacidad (asignación por hijo o hija con discapacidad, asignación por maternidad de un hijo o hija con síndrome de Down, etc.)

Eximición de algunas tasas municipales y beneficios para comprar automotores. Fuente: https://www.argentina.gob.ar/justicia/derechofacil/leysimple/certificado-unico-discapacidad