Agrupación “A Rienda Suelta”. Actividades
Ecuestres Integradas.
Resumen
La ponencia trata sobre
cuestiones que incumben al área de trabajo específica del psicomotricista y
cómo estas temáticas se articulan en el trabajo en equinoterapia. Expone
brevemente por qué es fundamental la presencia y el trabajo del psicomotricista
en la pista de equinoterapia. Articula temáticas como: esquema e imagen
corporal, constructividad corporal, juego, acuerdos en la pista, cómo se
aplican técnicas de intervención psicomotriz en el trabajo en la pista de
equinoterapia.
Se elaboró en el presente, el trabajo corporal,- sin dejar de tener en cuenta lo
orgánico-, poniendo énfasis en la
construcción de cuerpo de niños con problemas motrices. Si bien el trabajo sobre el organismo es un
pilar del trabajo en equinoterapia, este escrito resalta la mirada psicomotriz
acerca de la construcción corporal en el
trabajo en la pista y la importancia del psicomotricista en el equipo interdisciplinario.
Se marca una intervención lúdica corporal,
pensando en ésta como esencial para el
trabajo con niños, no sólo en el consultorio sino en la pista de equinoterapia.
Se plantea una mirada global acerca del niño que viene a sesión teniendo en cuenta su contexto y
entorno familiar.
Abstract
This work deals, one the one hand,
with issues related to the specific work area of the psychomotrician and, on
the other, with the ways in which such issues become articulated within the
work field of hippotherapy. We aim to show, at least briefly, why it is
fundamental to have both the presence and the work of a psychomotrician inside
the hippotherapy track. In order to do so, we will herein try to jointly
explain: body image and outline; body constructivity; play; settling within the
track; use of psychomotor intervention techniques within hippotherapy work on
the track.
Even though working on the organism
is one of the mainstays of hippotherapy –and without leaving such area completely
disregarded–, this paper was written mainly thinking on corporal work,
underlining the psychomotor point of view with regard to the corporal
construction of children with motor issues and, thus, highlighting the key
relevance of the psychomotrician within the interdisciplinary work team on the
track.
We will point out towards a
recreational/play corporal intervention, thinking it as an essential component
of the work with children, and this not only at the practice but inside the
hippotherapy track as well. We aim to put forward a global look on the child
that comes to his/her session, taking into account, hence, his/her context and
family environment.
PALABRAS
CLAVES: INTERVENCION LUDICA CORPORAL,
CONSTRUCTIVIDAD, EQUINOTERAPIA.
- Introducción
Este trabajo de investigación tiene como fin, generar una mirada psicomotriz respecto del ejercicio de la equinoterapia y sembrar interrogantes sobre las posibilidades
que esta terapia brinda para el trabajo
psicomotor. En mi experiencia, he podido
observar modificaciones y cambios positivos en los cuerpos de nuestros
pacientes ( desde lo puramente orgánico y desde lo corporal), y he podido observar cómo conceptos teóricos fundamentales de la
psicomotricidad se suceden en la pista
de equinoterapia sin ser nombrados u
observados por miembros del equipo
de otras disciplinas. Por este
motivo, me pareció importante
comenzar a discriminar las
actividades y darles un nombre desde una mirada psicomotriz, destacando así, la importancia del rol del psicomotricista en
la pista de equinoterapia.
Esta
investigación tiene como
propósito dar a conocer algunos resultados posibles del trabajo en la pista
de equinoterapia con el fin de mostrar
que esta actividad puede ser una excelente herramienta de trabajo para el psicomotricista, ya que nos permite entrar en contacto y de lleno con muchas temáticas
propias del ámbito psicomotor.
Por esto, creí oportuno reflexionar acerca de una forma posible
de pensar al trabajo corporal
en equinoterapia, siendo el cuerpo uno de los objetos centrales de estudio de
la psicomotricidad.
Esto me permite intentar dar una respuesta posible al interrogante principal de
este trabajo: ¿cuáles son los aportes
que ofrece la equinoterapia para la construcción corporal del niño
con dificultades motrices?
Nuestra
disciplina, la psicomotricidad,
trabaja con y para la
construcción de la noción de cuerpo en los sujetos, y busca las estrategias más adecuadas que faciliten las producciones corporales de cada individuo posibilitando
el encuentro con sus potencialidades.
Podemos definir a la equinoterapia, según el National Center for Equine Facilitated Therapy, “como una
forma especializada de terapia psicofísica
que utiliza al equino en la prevención y/o tratamiento de desordenes
emocionales y/o del movimiento”.
Por
lo tanto, podemos ver que en la equinoterapia se trabajan temáticas comunes a la
psicomotricidad, ya que trastornos tónico-emocionales y su expresión corporal,
atañen directamente a nuestra disciplina. Por
ello, creo que es fundamental comenzar
a investigar cuál es el lugar del psicomotricista en el desarrollo de
una terapia ecuestre.
El
objetivo de la presente investigación, es
realizar una articulación entre una selección
de material teórico y mi experiencia con esta terapia complementaria. Con este fin expondré
viñetas cuando sea pertinente, para mostrar o esclarecer la importancia del rol
del psicomotricista en la pista de equinoterapia, y la importancia de esta herramienta para el uso
profesional del psicomotricista. Esto servirá de base para poder,- una vez enmarcando
un contexto de trabajo psicomotor en equinoterapia-, esbozar algunas reflexiones acerca del interrogante principal
de esta investigación.
El método utilizado para llegar a las reflexiones que se
expondrán luego, ha sido la participación y observación directa en el trabajo
en pista de equinoterapia a lo largo de
3 años.
- Biomecánica del caballos y sus efectos sobre el organismo
El
caballo realiza un movimiento tridimensional al desplazarse que tiene efectos
sobre el organismo de quien lo monta. También, hay un “feed back” en el movimiento que genera el
niño en relación al caballo, ya que
al ser un ser vivo siente y percibe
lo que el niño esta expresando o sintiendo y eso repercute en la
calidad de su comportamiento en el
momento de la monta o luego. Si bien este no es un punto
central en nuestro trabajo.
2.1. Movimientos tridimensionales: primer
movimiento: abducción-aduccion
“Cuando
el caballo inicia la marcha, desplaza
sus miembros anteriores, haciendo que sus músculos lumbares se eleven en
forma vertical, lo cual hace que el niño
se eleve también, separándose del lomo del caballo aproximadamente 4 cm. Esta sensación toma de sorpresa al niño quien se defiende tratando de resistir a la misma fuerza de
elevación. Inmediatamente su pelvis hace movimientos laterales, entre 8 y 9 cm, balanceándose el niño
hacia los lados. Con lo cual la columna, para mantener el equilibrio, se
flecta en relación con el sacro en 15
grados. Todo esto significa que la pelvis hace apertura y cierre, con lo
que se tiene abducción y aducción.
2.2. Segundo movimiento: extensión-flexión
Al
desplazar los miembros anteriores, el caballo empuja los posteriores simultáneamente, traspasando su punto de gravedad, y traspasando el centro de gravedad del niño,
que se encuentra sentado cerca de la cruz, produciendo un avance horizontal (el
primer avance es vertical). La pelvis del paciente se extiende y se recoge
al ritmo del movimiento del caballo, hacia adelante y hacia atrás, con lo que
se obtiene la extensión y la flexión pélvica.
2.3. Tercer movimiento: rotación intero-extero
Al adelantar los anteriores y reunir los
posteriores, los músculos ventrales del
caballo hacen un movimiento como de
acordeón, de contracción y extensión, con lo cual, la pelvis del niño responde en rotación, teniendo como eje la columna,
es una rotación de 20 grados aproximadamente. Con este movimiento
circular, se dan extensiones internas y
externas tanto de la pelvis como de la
cabeza de los fémures.
Al iniciarse este movimiento tridimensional,
las vértebras superiores de la
columna vertebral dotan a la cabeza de una gama de movimientos
muy amplia.
Esta
es una explicación muy simple de los efectos de la marcha del caballo sobre
quien lo monta. Este movimiento
tridimensional, y la suma de diferentes
ritmos en la marcha, movimientos giratorios, de serpentina, circulares, de freno sorpresivo,
mas una serie de ejercicios de control de postura arriba del caballo, son los
que generan cambios en el organismo de
los niños con dificultades motrices.
Con
eso podemos decir, que el caballo, facilitador terapéutico, permite la
estimulación de las tres dimensiones espaciales en forma simultanea, graduando
frecuencia, ritmo y amplitud.” ( Palomino Gómez,2002,Pág. 3)
Ahora bien, si en el
ámbito terapéutico, sólo tomo en
cuenta este beneficio sobre el organismo
de quienes concurren a
montar, me pregunto ¿qué pasa con
los cuerpos de estas personas?,
¿Dónde quedan?¿ Qué lugar se les da para pensar en ellos?
3. Algunos beneficios que aportan el caballo, la
equitación y su medio ambiente:
Podemos pensar entonces, que dados los
movimientos y los ejercicios que se realizan arriba del caballo y su
repercusión en el organismo del jinete, se puede pensar que el caballo permite
registrar partes del cuerpo que el niño
con dificultad motriz no estaría reconociendo espontáneamente en su vida cotidiana. Se trata de una rehabilitación global que implica cambios e integración en el esquema corporal, ya que desde lo
propioceptivo e interoceptivo se produce
una toma de conciencia del déficit-en
aquellos casos en que esta acción sea posible-. La psicomotricidad, aborda el
cuerpo desde la posibilidad, esto ubica una diferencia con otras disciplinas
que abordan el déficit mientras que la
psicomotricidad hace hincapié en lo que
el niño puede, en lo posible.
El
caballo nos permite “reeducar" el organismo ligado al tono y a la posición, y a su
vez trabajar en lo corporal
a partir de lo tónico-emocional y
la actitud postural, a través de una propuesta
lúdico- corporal.
El caballo
nos brinda mucha información desde su comportamiento, su lenguaje
corporal, sus ritmos y su movimiento. La equitación nos ayuda a practicar la adquisición de
conocimientos en los casos donde se puede realizar un trabajo deportivo. El ambiente de trabajo es el medioambiente del caballo, estamos en contacto con la naturaleza,
al aire libre, por lo tanto, aparecen nociones diferentes al trabajo en consultorio en lo espacio-.temporal,
en las dimensiones y en el movimiento. Todas estas nociones que el medio ambiente del caballo nos
permiten encontrar pueden ser utilizadas para fomentar la comunicación, el
vinculo y la adquisición de aprendizajes entre otras cosas.
4. Beneficios que produce
el trabajo en equinoterapia en el organismo de los niños:
- Posibilidad de moverse libremente a quien esta impedido en la medida de sus posibilidades
- El caballo le permite una exploración y una investidura diferente de del espacio
- Amplia el horizonte visual
- Disminución de la espasticidad y relajación muscular durante la monta.
- Estimulación del sistema nervioso central y músculos comprometidos en la marcha
- Favorece la tonificación muscular, la regulación del tono, y la inhibición de reflejos y patrones de movimientos patológicos
- Mejora la postura en casos de poco control del tronco y cefálico
- Organización o reorganización postural
- Conciencia de las diferentes partes del cuerpo.
- Conciencia de las partes y del todo
- Mejora del equilibrio postural y dinámico
- Estimula y simula en el momento de la monta la marcha (para quienes no pueden caminar), con lo que genera una ejercitación muscular y una percepción del cuerpo en movimiento a través de ejercicios activos y pasivos similares a los de la marcha humana
- Estimulación de todos los sentidos en forma simultanea
- Fomenta y estimula la actitud postural
- Favorece la simetría corporal
- Favorece el vínculo, y el contacto a través de las diferentes posturas y posiciones que favorecen la posibilidad de conectar la mirada.
Con todo lo dicho, es mi intención dejar explicitado que el
trabajo que se realiza es de uno a uno ,
ya que lo expuesto hasta el
momento, es un lineamiento general sobre cómo
se trabaja lo orgánico en equinoterapia y qué efectos produce el andar del caballo en el organismo. Para cada
niño hay un trabajo particular adaptado a las necesidades psicomotrices de cada uno, con el fin de evitar involuciones, y generar
beneficios en la calidad y cantidad de los movimientos y en la calidad de vida en general.
5. Una posible mirada
psicomotriz a la construcción corporal del niño con dificultades motrices en
equinoterapia
A lo largo de mi corta
experiencia, mientras acompañaba a
diferentes niños en el desarrollo de la actividad, me preguntaba qué más
podría aportar el caballo al niño
que lo monta, más allá de sus
aportes al organismo del sujeto.
Al observar con un poco de distancia la
diapositiva del binomio más el
equipo de trabajo, se genero ante mi mirada, una imagen que hablaba por sí sola. Pude
observar la influencia de los
distintos ritmos del paso del caballo y sus efectos en los niños, las
diferentes formas de contacto entre el equipo y el niño, las vías
de comunicación utilizadas entre niño-equipo
y viceversa y con el caballo, los cambios actitudinales y posturales durante y
post monta, y por supuesto, los
efectos en la autoestima y los cambios
psicomotrices.
Luego de observar a varios niños, comencé a
vislumbrar que el caballo, ayuda a la construcción del
cuerpo, ya que el trabajo en
equinoterapia trae consecuencias
y cambios en el esquema y en la imagen corporal de quienes
practican esta actividad.
5.1. Esquema corporal
Respecto al esquema corporal se puede
pensar que la equinoterapia
aporta grandes posibilidades de cambio y conocimiento o reconocimiento del
propio cuerpo y del cuerpo en el espacio.
Para aquellos que tienen grandes dificultades motrices, (como por ejemplo quienes se encuentran la mayor
parte de su tiempo en una silla de ruedas), la posibilidad de subir a un caballo, les permite la ejercitación de diferentes
fragmentos corporales. Al
mismo tiempo facilita su conocimiento o reconocimiento, ya que quizás, hay partes del cuerpo que no se reconocen o
se utilizan si no es arriba del caballo. Esto puede generar un reencuentro con distintas
partes de su cuerpo que vuelven o que pasan a formar parte de su esquema corporal.
También, hay un efecto
en lo tónico-emocional, ya
que lo que les provoca a los niños
estar subidos al caballo genera cambios
tónico-emocionales que repercuten directamente en sus posturas, y también
comienzan a desplegar movimientos que
generalmente no pueden realizar. El
registro de hacer propio ese cuerpo se
da a través del punto de apoyo de del
cuerpo con el caballo que es
estimulado con el paso del animal-a esto
se le suma el trabajo del equipo que genera un plus con la mirada que se tiene cada niño a través
de una intervención lúdica-corporal-. El
niño registra su cuerpo gracias a
la actividad muscular, al control
tónico y a la relajación que se producen
con el movimiento del caballo.
También, como se ha dicho anteriormente, hay una toma de conciencia de las posibilidades de las cuales
dispone (en el caso de que sea posible la toma de conciencia).Esto le permite el trabajo sobre sí mismo y la integración de esa parte del cuerpo
“dañada”, “inexistente” o “ inútil”- según la mirada de algunos niños- a su esquema corporal, generando así, en muchos casos una mejora en el autoestima del niño y potenciando así sus
posibilidades de desarrollarse al
máximo.
Como bien nos dice el Dr.
Lauhirat, los niños reciben información
de los distintos segmentos de su cuerpo,
aprenden a “sentirlo” y a adquirir
conciencia de los mismos. Comienzan
un camino de registro de “el otro
cuerpo”, aquel que proviene de
las sensaciones y de las experiencias profundas. Esto les facilita la
exploración de la realidad que los circunda.
En los casos de aquellos niños
que tienen dificultades motrices, el montar
un caballo cambia las dimensiones y la visual que se tiene del espacio que rodea al niño. Esto estimula la plasticidad neuronal, y también le permite tener otra concepción del espacio y de las
dimensiones de los objetos que lo
rodean. Es un aprendizaje que entre otras cosas, nos deja como lección la idea de que siempre puede haber una mirada diferente a la nuestra, ya que según el punto de vista,
se ve una cara diferente de la realidad. Se trabaja en un espacio
tridimensional, se cambia la perspectiva de la realidad, se toma conocimiento de otra
dimensión del espacio, y reconceptualizan
diferentes nociones de lo que puede ser “arriba, abajo, ancho, largo” entre otras.
Se inviste diferente del espacio, ya que ese espacio recorrido arriba
del caballo es nuevo, está generalmente acompañado de una escena lúdica con lo
que se inviste de forma diferente a un espacio
de otra índole. El montar al caballo permite un vínculo distinto con los otros y le
permite al niño dominar el espacio con otras herramientas y posibilidades que
no se tenían hasta el momento (caballo,
riendas, movimiento del caballo generado
por los niños).
También, se ejercitan las
nociones espaciales y temporales que
repercuten en la ubicación del propio cuerpo en
el espacio. Se pueden percibir posiciones y formas diferentes a las
conocidas (sentado en posición de monta, acostado en el
lomo del caballo, abrazado del cuello del caballo, entre otras). Se aprehenden
movimientos conocidos en espacios nuevos (giros, círculos, líneas rectas, un
trote). Hay una resignificación del movimiento
conocido.
Sucede también que los niños
realizan movimientos por primera vez, lo que instaura una huella en sus
cuerpos, huella que marca un antes y un después, huella que les permitirá volver al próximo encuentro
en su búsqueda…..
5.2. Imagen corporal
Respecto a la imagen corporal,
se puede `pensar que en primer lugar, al estar trabajando con un equipo interdisciplinario,
éste le posibilitará, lo necesario para que se encuentre con sus propias habilidades
para reconstruir o construir su propia
imagen corporal. Aquella que quizás tenga
un tronco que no se mantenga erecto, quizás no pueda encontrar la línea media, o
tenga piernas que no sostienen. Pero lo importante es que este niño se pueda encontrar con lo que él tiene, con lo
que él es, así generar una imagen corporal del cuerpo que tiene.
En el caso de comenzar a subjetivarse, es trabajo
del equipo aportar a este objetivo,
utilizando al caballo como medio para
encontrar puntos de trabajo que sirvan para mejorar, incrementar u hacer surgir una
imagen corporal sana. Para esto, se
requiere un profesional del ámbito terapéutico que haya estado en contacto con
los familiares del niño, o sea, que
conozca gran parte de su historia y que
conozca al niño en cuestión. Teniendo en cuenta todo esto, es que
entiendo al abordaje psicomotor como el abordaje posible, en tanto que el
psicomotricista posee los conocimientos para
intervenir en la construcción corporal del niño, teniéndolo en
cuenta tanto en su individualidad como
inserto en su contexto familiar.
Este es uno de los motivos por
los que considero fundamental el trabajo
del psicomotricista en el equipo de
equinoterapia. Este tipo de trabajo es el esperado desde mi perspectiva, en lo que a la construcción de la subjetividad se trate. Debe ser coherente el trabajo de todo el equipo en este punto.
Deberá ser realmente un equipo
interdisciplinario, no solo la fachada del mismo.
Es importante también reflexionar respecto a la imagen corporal, que
al llamar al paciente/niño como jinete,
estamos posesionándolo ante sí y ante
los otros, en un lugar habilitante. Lo corremos de ese lugar conocido de
imposibilidad, hacia un lugar de acción,
actividad, y destreza. Esto repercute en su forma de pensarse a sí mismo, y más
aún a medida que se van adquiriendo
habilidades y se van conquistando terrenos.
Un ejemplo de ello es Beto, de once años, quien a podido enfrentar a sus compañeros de clase que mal lo tratan y ha podido leer
un cuento y escribir una historia y compartirla a pesar de su dislexia y
disfasia, luego de sus sesiones de
equinoterapia. En todas las oportunidades,
en cada sesión había logrado superarse a sí mismo y estaba altamente
motivado. Luego de la sesión de equino concurre a la escuela y realiza estas
acciones. Se trabajó sobre su autoestima, Beto pudo conectarse con sus
posibilidades, y al mejorar su autoestima, esto le permitió ir al encuentro con
los otros que muchas veces lo anulaban. Vemos cómo sus logros como jinete (Beto
trabaja ya en el área deportiva) se reflejan en
aquellos ámbitos donde tiene
dificultades.
Es común que en esta actividad,
los padres se queden observando el
trabajo de sus hijos, situación que no sucede quizás en
otro tipo de tratamientos, los
padres generalmente no están presentes,
y esperan fuera del consultorio a sus hijos.
En esta actividad, los
padres participan desde la mirada y los
saludos y a veces se los convoca a la
pista. Esto repercute en la formación o reconstrucción de la imagen corporal de los niños, ya que son
mirados por sus padres, amigos o seres queridos, como sujetos capaces de realizar una actividad y montar o
dirigir a un animal tan grande como un
caballo.
Esto también genera cambios en la forma de mirar de los padres, ya que pueden depositar en sus hijos, quizás alguna expectativa perdida de
deseo respecto de sus hijos. Ya que si bien desde lo objetivo no van a ser
jinetes de primera ni serán federados
en ningún club, para ellos y para sus
padres, estos niños al menos por un
momento pasan a ser grandes jinetes y amazonas capaces de muchas hazañas
y destrezas, con lo que se produce un
reposicionamiento de la idea de hijo en la mente de los padres y un
reposicionamiento del hijo respecto de sí. Hay un cambio en la estructuración
subjetiva. Hay un Otro que desea y ama y
puede estar contento por los logros de su pequeño jinete. Es una posible motivación para ambos para enfrentar día a día los obstáculos que les
tocan a atravesar.
Otro ítem a pensar, es que el
niño, al vincularse con el
caballo, al compartir su espacio corporal y mantener un contacto tan cercano,( si bien tengo en claro que no se espeja con él), pienso que existe la posibilidad de pensarse a sí mismo con características que se le suelen atribuir al caballo, y por
ejemplo a los caballeros. Ya que, gracias al posibilitar una intervención lúdica-corporal, muchas veces se convierten no sólo en jinetes sino
en caballeros o súper héroes que
tienen a su caballo de aliado. Esto conlleva
a incrementar las imágenes sanas de sí, pensarse en acciones
y situaciones posibles o con cualidades tales como la nobleza, la fortaleza, la vitalidad, la belleza, la
fidelidad, la inteligencia. Cualidades humanas que suelen ser
atribuidas a los caballos. Al estar en contacto y compartiendo
actividades y juegos con los caballos,
podemos hipotetizar que los niños fortalecen su ego, gracias a estas experiencias y estos contactos.
En alguna oportunidad
he vivido cómo el sentirse un jinete gallardo, correr carreras de
caballos, ser el domador de los caballos o un policía que captura bandidos,
ha generado cambios y progresos en la mirada que los niños tienen de sí. Vivir estas
experiencias forman que parte de las
vivencias de la infancia, y todo niño sano que puede jugar es factible que recree estas
situaciones. Sin embargo para aquellos
que tienen muchos impedimentos orgánicos, y
problemas psicomotrices, a veces lo orgánico se torna tan presente que permitirse jugar a este
tipo de juegos, es imposible, ya que
saben que no pueden. Quizás el caballo les permite un acercamiento desde
lo real a su imaginación, ya que es un facilitador de situaciones. Es muy
difícil una vez que estamos cómodos arriba de un caballo, no fantasear al menos
una vez con aquello de lo propio que se mezcla con lo lúdico. Lo
llamaría al caballo “facilitador de
fantasías.”(Facilitador de una escena lúdica que genera jugar y jugar es salud).
Es el caso de Ramiro, un niño de doce años que tiene una parálisis
cerebral espástica. Este niño concurre a equinoterapia hace muchos años, no controla el tronco, sí tiene control cefálico y su espasticidad le complica mantener una
postura erecta sentado arriba del caballo. En mi experiencia en el trabajo con él,
he podido ver que Ramiro a conseguido
mantener la postura correcta arriba del
caballo en los momentos que más
divertido ha estado: jugando a las carreras, jugando a ser el petisero, el domador de
caballos, quien administra el club, el
dueño de un Haras. Etc.
Aquí esta muy claro cómo el tono ligado a la emoción genera cambios
en las posiciones y las posturas de
Ramiro. Él se pone derecho como no lo logra en
otras instancias. Estamos en frente de una escena lúdica, con lo que hay algo del deseo de
Ramiro que es convocado en esta instancia, su deseo de jugar, el deseo del
equipo que lo sostiene y lo demanda
también a este encuentro. Es aquí donde
se da este encuentro psicomotor en equinoterapia, son estos momentos los que me hacen pensar en la excelencia de esta herramienta para
el trabajo psicomotor.
Ha sido en estos momentos de
juego, en los que Ramiro ha podido conjugar su deseo, su motivación y
fantasía para poder al menos por un
rato, ser un niño, mas allá de la patología que porta. Claro, que sus deseos se expresan a través del
juego. Herramienta fundamental en el trabajo de equinoterapia, según mi
perspectiva psicomotriz.
Por esto también considero al
psicomotricista como actor fundamental en la pista, ya que a la hora de
desplegar una escena lúdica debiera ser el
eslabón fundamental del equipo
interdisciplinario. Debiera ser el encargado de
incorporar a la escena lúdica los objetivos de trabajo
de las distintas disciplinas que formen parte del equipo de trabajo.
Si bien en mi experiencia pude
comprobar que no se trabaja de esta manera en todos lo ámbitos, considero que la metodología
de trabajo debe ser lúdico corporal. Así como en psicomotricidad,
hay quienes plantean el trabajo en
reeducación, en equinoterapia también
hay reeducadores que trabajan sólo lo
orgánico, lo postural, olvidándose que el
paciente es un niño, sujeto que elabora
sus problemáticas a través del
juego y que necesita del mismo
para expresarse, relacionarse, conocer el mundo, vincularse con los objetos, el espacio, y los otros.
Por lo anteriormente dicho, creo
que es fundamental tomar a la equinoterapia como una forma de habilitación o rehabilitación,
que tiene como herramienta principal de
trabajo al juego. Priorizando en muchas ocasiones el disfrute, el
placer, lo puramente sensorio, al trabajo postural o cognitivo, enfatizando el
vínculo del niño, con el cuerpo, con el
equipo, con el caballo y con la naturaleza.
5.2.Constructividad Corporal
También, el andar a caballo, para quienes tienen graves problemas motrices, influye en su constructividad corporal. Como bien nos
dice Leticia González,
encontramos índices de constructividad corporal en el ser humano. El primero es
la estructura tónica. El sujeto, que se
encuentra en esta fase, integra a su
estructura de movimientos reflejos al tono, lo que pone en evidencia cómo el sujeto frente a un estimulo
externo reacciona inmediatamente a través
de una respuesta motriz. Es el primer momento de desarrollo del sujeto, el cual se expresa
a través de su estructura psicomotriz. En esta ejercitación funcional
para pasar del reflejo a la acción, hay un
intento de encuentro, de búsqueda
de situaciones placenteras.
Aquellos niños que acuden a
equinoterapia, muchas veces se encuentran en estadios muy primitivos de la constructividad corporal,
no generan movimientos propios, acciones con intencionalidad, sino que tienen
movimientos estereotipados. El andar del caballo produce muchísimos ajustes tónicos por minuto, genera un estímulo en el sistema
nervioso y en los músculos de los niños. Por lo cual,
un estímulo externo, diferente a lo conocido ha generado
movimientos en los niños que nada tenían
que ver con lo conocido hasta entonces. Nos
han tomado las manos, han
expresado su desagrado frente a una
situación no deseada. Con su cuerpo han pedido el movimiento del caballo cuando éste había cesado por algún motivo.
Todos estos movimientos, si bien para nosotros ya no son estereotipados, son significados por
el equipo que rodea al niño en el momento del
trabajo.
También, esta terapia ejerce gran influencia sobre el
sistema muscular, tonificando los músculos,
lo que facilita en muchos casos la modificación
de la postura. Es el caso de Milagros, de
3 años con Síndrome de West y parálisis
cerebral hipotónica, quien llega a equinoterapia con un tono muscular muy bajo,
sin control cefálico y con poca fuerza en las
manos. A la tercer
sesión, pude notar cómo había
crecido su caja torácica y si bien
no controlaba la cabeza,
su postura erguida había mejorado mucho
y se mantenía en el sostén del
profesional que la llevaba con la
cabeza mucho más tiempo en posición normal. También, el balanceo
que realizaba arriba del caballo
le permitió fortalecer los músculos de la espalda. Esto ayudaba al
control de la postura. Lo que le permitía a
Milagros recibir información diferente de la actividad que
estaba realizando, generando registros nuevos.
Como dijimos anteriormente,
aquellos sujetos que se
encuentran en esta instancia, donde lo orgánico esta muy presente aún, pensamos
al cuerpo del niño como objeto del accionar del adulto que lo acompaña, pero
sin dejar de ver el cambio que comienza
a gestarse en algunos, tratando de
imprimirle intencionalidad a su
accionar.
Leticia Gonzáles ubica otra fase que es la instrumental, que no supera
la anterior sino que se une. En este momento del desarrollo psicomotor el
sujeto ya despliega una intención, un
querer. Los intercambios que el sujeto establece con otro se
efectivizan en el privilegio con
el que se desenvuelve el plano motor.
Este plano motor esta contenido por un cuerpo tónico. Es el momento donde el niño puede tomar un
objeto y tirarlo.
En equinoterapia, nos encontramos con muchos niños con problemas
motores que están transitando una dificultad en relación al accionar
con su cuerpo. Estos niños aún siguen siendo objeto del accionar de
otros, debido en gran parte a su
dificultad motriz (la silla de ruedas es
el obstáculo por excelencia que favorece
a que muchas veces se le coarte la
posibilidad de movilizarse al niño por sí solo, en caso de que pudiera claro
está, ya que es más fácil o más rápido
trasladarlo que esperar el tiempo que el niño requiera para movilizarse
por sí mismo desde la silla).
Al comenzar a realizar esta
actividad, los niños cambian rotundamente, ya que se les brinda riendas para
poder movilizar al caballo como ellos quieran por el espacio(podríamos
reflexionar brevemente sobre la significación
de las riendas, ya que podemos pensar que remiten desde lo coloquial al manejo de nuestras vidas, a poder desenvolvernos por nosotros mismos, podríamos
pensarlas como un símbolo de libertad,
de autonomía, y en equinoterapia estamos
trabajando con las mismas constantemente y muchas veces
tienen ese significado tan cargado
y fuerte) . Son amos y señores de
sus movimientos por ese momento y desde arriba del caballo (claro que el equipo
esta presente y se tiene al caballo
desde abajo, pero muchas veces, cuando se plantea esta actividad se le da
la libertad al niño que con las riendas marque el paso y la
direccionalidad de los movimientos del caballo).
Pasan de ser llevados a llevarse
a sí mismos y a un animal. Esto genera consecuencias en lo tónico emocional, ya que es el descubrir
una posibilidad nueva. Pueden investir el
espacio y a sí mismos con
sus propias posibilidades sin que otro les marque constantemente por
dónde y cómo movilizarse. Es un espacio de exploración y crecimiento personal.
Es un momento liberador, que se puede
ver en las miradas y en las sonrisas de los niños en estos momentos. No
tengo muchas más palabras que expliquen lo
sucede en aquellos que viven esta experiencia.
A diferencia de
otras terapias, creo que la equinoterapia brinda esta posibilidad única
de vivir el cuerpo desde una óptica diferente. Permite investir el
propio cuerpo y el espacio desde una nueva posibilidad anulada o
perdida hasta el momento. Se resignifican
movimientos, vínculos, y como se ha dicho en otra oportunidad, pasan a ser
actores de una actividad donde pueden generar, dejar una huella en sí y en otros, y dejan por un momento de
ser quienes cargan en el mito
familiar con los déficits y enfermedades. Si esto es bien aprovechado por los terapeutas y por la familia se puede
resignificar y reubicar al niño en su
historia para poder ser mirado desde otro lugar por la familia.
6. Ritmos en Equinoterapia
El caballo en sus distintos
aires (paso, trote, galope) marca distintos
ritmos. También cada caballo en
particular, como cada persona tiene sus propios ritmos y un paso y una forma de desenvolverse en el
espacio particular. A la hora de elegir un caballo para equinoterapia, observar cómo es la cadencia de su paso y su
trote es importante y tarea del especialista en caballos, ya que tiene que cumplir con
ciertos requisitos para que su andar surta efecto en los niños. No cualquier caballo es apto desde su
fisonomía para trabajar en
equinoterapia. Tiene que tener un paso especial, que a su vez marca cierto
ritmo.
Aclarado este punto, que no es
menor, he observado que el ritmo impuesto por el paso del caballo en las
sesiones de equinoterapia genera en algunos niños en su mayoría con una gran
espasticidad una relajación de sus músculos y de su cuerpo diría que casi total, muchos
niños que llegan muy fastidiados,
doloridos y enojados, al ser subidos, trasladados y sostenidos (claro
que también el sostén influye, no podemos no mirar esta
arista de la situación), se relajan, de una hipertonía pasan a una hipotonía
en minutos, muchos se quedan dormidos. Encuentro al caballo como el mejor método
de relajación en muchos casos, y me llama poderosamente la atención cómo
en tan poco tiempo se pueda lograr este
efecto. También, me pregunto si este andar del caballo, similar al andar humano,
no remitirá al movimiento intrauterino, al lugar seguro, al refugio materno. Hay un plus en este movimiento del caballo y sus
efectos sobre estos niños, que bien
sostenidos logran relajarse y dormir.
También he percibido y observado
que la sesión de equinoterapia es una sesión en constante movimiento. Generalmente
somos tres personas caminando alrededor
de un caballo, más una cuarta persona
que sostiene y lleva al niño en caso de que lo necesite. Hay un tiempo de acomodación entre los
integrantes del equipo y el andar del caballo, podríamos decir que para poder
trabajar se tiene que generar un acuerdo tónico emocional en
el grupo y hasta con el caballo, ya que
si el caballo presenta signos de stress,
desgano, cansancio o molestia, cambia el
tono de base de trabajo
grupal irrumpiendo muchas veces en el quehacer terapéutico y muchas veces
dando por terminado el trabajo.
Hay algo de lo tónico y de lo rítmico que todos los
integrantes del equino debemos compartir para poder generar una sesión con buenos
resultados. Es un acuerdo rítmico y
tónico emocional, necesario para poder
trabajar en este equipo de
trabajo.
7. Técnicas de intervención
psicomotriz en Equinoterapia
Según Calmels encontramos algunas técnicas de intervención psicomotriz
como ser: el sostén, el acompañamiento y la provocación.
Podemos pensar el sostén como la
base de sustentación, el apoyo, el dar alimento, lo que remite a la función materna quien sostiene, contiene y alimenta. A lo
largo del desarrollo del niño se van sucediendo
distintos sostenes como ser: sostén de pecho, de brazos, luego de la
marcha ya, sostén de manos, y sostén de
mirada.
He podido observar a lo largo de
mi corta experiencia, que estos sostenes están presentes constantemente en
equinoterapia, de hecho podría afirmar que son la base del trabajo en esta
terapia ecuestre.
En primer lugar, podemos ver
esto en aquellos niños que no pueden
sostenerse arriba del caballo por sí mismos, con lo cual necesitan un apoyo
arriba del caballo. El apoyo no se da con una tabla de madera por ejemplo, sino que es el cuerpo de otro quien esta sosteniendo al
niño mientras realiza su terapia. Esto
fomenta la construcción corporal ya que un cuerpo nace entre cuerpos y es el
cuerpo de un terapeuta el que se brinda
para sostener la posibilidad de ser tratado en este caso. En este sostener, al
niño hay
sostén de pecho, de brazos, de
mano.
Encontramos también niños
que sí pueden sostenerse solos arriba
del caballo, pero que requieren de un
sostén emocional, por eso y por seguridad también, a cada lado del caballo marchan a
la par de los niños dos auxiliares que sostienen
al niño, entran en contacto con sus
piernas o le dan la mano o simplemente lo convocan desde la mirada. Estamos
frente al sostén de mano y de mirada. Esencial para este trabajo.
Estas técnicas de intervención psicomotriz se aplican perfectamente al
ejercicio de la equinoterapia. De hecho,
se realizan sin ser nombradas de esta
manera. Considero importante poder
darles un nombre desde la psicomotricidad a estas actividades fundantes del desarrollo de la equinoterapia, subrayando así la
importancia del rol del psicomotricista
en equinoterapia y dando fundamentos
teóricos de por qué la equinoterapia es una herramienta útil al quehacer
psicomotor.
Encontramos al acompañamiento como técnica psicomotriz. La separación del cuerpo del adulto no
implica una separación del contacto con el cuerpo del adulto, “se le da una
mano” al niño que esta empezando a poder, se lo acompaña. En breves palabras
esto es el acompañamiento según Calmels.
En el ejercicio de la equinoterapia, se esta constantemente acompañando a los niños, ya
que desde abajo, al lado del caballo, caminamos a la par del equino,
observando e interactuando con el niño,
justamente acompañándolo en su sesión.
También esta técnica o este accionar es
base fundante del trabajo en
equinoterapia, ya que no considero
profesional ni seguro, trabajar sin auxiliares de pista
a ambos lados del caballo.
Y finalmente, respecto a la
provocación, podemos decir que es la acción de incitar a una cosa. Una vez que
el niño a alcanzado cierto
equilibro, cierta estabilidad, el adulto
lo incentiva a desplazarse de ese lugar
de equilibrio. Podemos pensar así a la provocación, como un “pedirle algo más” al niño que se
encuentra en un momento de equilibrio.
Esta técnica es utilizada en la
equinoterapia, ya que si bien quizás no
sea como las otras, fundante de la actividad, sí es necesaria debido a que en
muchos casos los niños van conquistando
obstáculos y requieren de nuevos
incentivos en la actividad. Se le puede sumar a esto, la necesidad de que ese incentivo nazca también instintivamente por parte del terapeuta, sin esperar a
encontrarse con un niño aburrido de la
actividad, o cansado de repetir lo mismo, ya que esto puede generar un
retroceso en su tratamiento. Aquí radica
la habilidad y la disponibilidad del terapeuta para anticipar cuándo es el
momento indicado para intervenir
provocando nuevas situaciones o acciones
en y para el niño. Con esto, podemos ver cómo algunas técnicas de
intervención psicomotriz se utilizan a diario sin ser nombradas en el ejercicio
de la equinoterapia.
Mi labor en este apartado es apropiarme de las mismas como
psicomotricista y empezar a nombrar
estas acciones con estos nombres,
intentando instaurarlas en el medio,
dotando así a la equinoterapia de herramientas psicomotrices y develando
para la psicomotricidad una herramienta más de abordaje terapéutico como es la equinoterapia.
8. El juego como técnica de
intervención por excelencia en Psicomotricidad y Equinoterapia
Desde nuestra disciplina, el juego es una de las herramientas fundamentales de intervención en el abordaje psicomotor. Pensamos que las
funciones básicas del juego desde una mirada psicomotriz son la elaboración de
temáticas de la vida del niño, la socialización, la exploración y aprendizaje
del mundo que lo rodea, la creación y re creación de sí mismo
y su mundo interior y la
experimentación de lo aprendido; entre
otras cosas.
En la equinoterapia, se trabaja mucho la educación o
reeducación postural, la
rehabilitación tónico postural, o simplemente
se ejercita el organismo. Muchas veces
se pierde de vista el cuerpo en
este ejercitar -educar -rehabilitar.
Aquí es donde marco la importancia de la intervención lúdica en
equinoterapia, ya que sin ésta, se estaría
haciendo una especie de kinesiología o fisiatría ecuestre, sin tener en
cuenta lo terapéutico, herramienta de intervención y tratamiento. Si dejáramos
de lado lo lúdico, no pensaríamos en una
terapia sino en una reeducacion a caballo.
Es importante tener en cuenta que para los niños, el venir a andar a
caballo, no es un tratamiento más como a los que están
acostumbrados en los consultorios, con ambos, paredes y ejercicios, sino que se
encuentran en la naturaleza con un ser
vivo que se les brinda por completo, vienen a
montar, son jinetes no pacientes, y
vienen a jugar arriba del
caballo. Esta es la vivencia que se
intenta trasmitirles a los niños
que acuden a equinoterapia. Es un
momento de puro placer, tienen en
cuenta objetivos y ejercicios terapéuticos pensados en cada caso para favorecer el bienestar y la calidad de vida
de cada niño, pero ante la mirada de los niños, es un momento de juego y
diversión. Al menos creo que es la forma
en que se debería trabajar en
esta terapia y desde mi concepción teórica de
la disciplina en la que comienzo a desarrollarme.
Sin el juego, la equinoterapia a
mi modo de ver, se convierte en una
kinesiología o fisiatría (mal aplicada
en muchos casos, ya que en pocas ocasiones encontramos a este profesional de la
salud trabajando en la pista con el niño, sino a otros profesionales o no
profesionales no instruidos en el
trabajo propio del kinesiólogo o
del fisiatra) en el mejor de los casos, sin no es que termina siendo una vuelta
a caballo con pretensiones terapéuticas.
Si bien seguramente tendrá efectos terapéuticos el montar a
caballo, de hecho todo nosotros lo podemos experimentar si nos gustan los caballos y dar un paseo a
caballo, puede producir en nosotros
efectos terapéuticos, pero distinto es que sea una terapia. Con eso
reivindico el lugar del terapeuta en equinoterapia y más específicamente el
rol fundamental a mi modo de entender,
del psicomotricista en la pista de
equinoterapia.
9. Comunicación
Podemos pensar a la comunicación como un objetivo fundamental del trabajo psicomotor.
En equinoterapia, al trabajar con un animal que tiene su propio
lenguaje, todos los integrantes del
equipo tenemos que aprender a decodificar el lenguaje corporal del caballo para
poder entender qué es lo que su accionar esta significándose en el momento de
la terapia, pensando siempre en entender
sus mensajes para poder velar
correctamente por el bienestar del niño
en primer momento y luego del animal. Por lo que nos encontramos trabajando en primera instancia con un
animal y
leyendo su lenguaje corporal.
A esta terapia concurren muchos
niños que no manejan el lenguaje verbal, con lo que debemos estar
constantemente decodificando su accionar, significándolo e interpelándolo, ya que es con lo que
cuentan para poder expresarse. En mi experiencia, he visto muchas veces la gestación y nacimiento de un gesto, de un
movimiento que quizás no tenia
significado en un primer momento pero luego con
la intervención de otro, ese
movimiento cobró sentido y se enmarcó en
una cadena de significantes para
ese sujeto en cuestión.
He podido observar cómo el caballo es un gran estímulo para comunicarse.
Al subirse, muchos niños comienzan a
expresarse a su forma, algunos
hablando otros generando un juego de
miradas (es muy importante resaltar el tema de la mirada del niño en la posición en la que se encuentra, ya que puede generar contacto
visual desde una posición diferente a la habitual ya que se encuentra arriba
del caballo, esta vez los que debemos mirar hacia arriba somos los terapeutas,
y también, la posición arriba del
caballo le permite a muchos niños que no controlan su cabeza, poder mirar a los ojos a quienes
en otras ocasiones se les dificulta
bastante, con eso podemos pensar
que esta posición privilegiada favorece
la comunicación y el contacto visual).
Con esto, podemos pensar en una
transferencia corporal que está siempre presente en este
tipo de trabajo.
Es función especifica del
psicomotricista poder decodificar este lenguaje corporal del niño que concurre
a equinoterapia, poder también reconocer
cuándo un movimiento se convierte en
gesto, cuándo un toque en caricia y
prestar especial atención al trabajo con
la mirada de los niños, ya que es una
vía de comunicación muy rica y que en
esta terapia aparece constantemente debido a la disponibilidad de los niños y
también por que la posición de los niños arriba del caballo favorece que se generen encuentros entre las
miradas.
Con todo lo dicho anteriormente
podemos concluir que la equinoterapia es una posible
y útil herramienta de trabajo para el psicomotricista, encontrando
en el desarrollo de esta actividad varios elementos de
trabajo en común y nuevas o diferentes formas de abordar temáticas que
incumben a la labor del psicomotricista, generando opciones de trabajo diferentes que aportan a la
constructividad corporal de los niños
que acuden a equinoterapia.
A su vez, podemos pensar con lo
dicho que para que esta forma de
terapia realmente lo sea, se necesita un profesional del área de la
salud en la pista al momento de realizar la actividad.
Creemos con esta investigación,
dar cuenta de la importancia y la especificidad de que este profesional sea un psicomotricista, ya que en el trabajo
en pista se tocan temáticas que incumben de forma directa al quehacer
psicomotor.
10. Bibliografía
· Asociación olavarriense de
Equinoterapia (2006). Apuntes del Curso.
· Calmels, Daniel (2001): Cuerpo y
saber. Buenos Aires: Novedades Educativas.
· Calmels, Daniel (2001): Del sostén
a la transgresión. Buenos Aires: Novedades educativas.
· Calmels, Daniel (2007): Juegos de
Crianza. Buenos Aires: Biblos.
·
Fainblum, Alicia: “Del organismo
al cuerpo subjetivado”. En: Una perspectiva clínica del psicoanálisis, 69-81.
· González, Leticia (1996): Apuntes
del desarrollo psicomotor sobre la constructividad corporal. Buenos Aires.
· Palomino Gómez, G. (2002): “La
hipoterapia, una alternativa para la salud”. En: Memoria del 1er Congreso
de Terapia asistida con animales de
compañía. Pág.3.
Psmta. Margarita Ziade
Mail: akasha2000@hotmail.com, administracion@bocalanargentina.com
Formación Académica
• Organizadora de Eventos Profesional- F. A. E. C.C
• Tec. En salud especializada en Psicomotricidad La Salle.-
• Clínica Psicomotriz E. Levin.-
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