Llevo muchos años trabajando con niños y adultos, formando docentes y terapeutas de distintas áreas y en todos me encuentro con que lo que facilita el aprendizaje y proporciona la experiencia para luego guiar a otros en su desarrollo, es la escucha perceptiva del propio cuerpo para luego poder expresarse de una forma integrada.
Partiendo de la base de que en la
cultura occidental, no se suele enseñar a los niños a cuidar y conocer su cuerpo,
nuestra conciencia corporal es precaria: en general no sabemos cómo es su
funcionamiento, cómo es el mecanismo que nos permite movernos y la relación que
tienen sus distintas partes entre sí.
Para tener un cuerpo saludable, que
funcione correctamente, es necesario aprender a mantener activa toda nuestra
estructura muscular, articular y ósea.
En la infancia nuestro cuerpo tuvo las
condiciones propicias para tener una vida orgánica y sana, pero a causa de
malas costumbres, momentos de presión y crispaciones, la musculatura se va
tensando y el fluir lógico de nuestra estructura se dificulta. Con la
repetición de estos procesos las formas se van anclando y así se conforma una
coraza, con la cual es difícil sentirse cómodo.
También forma parte de esta
conformación, todo lo que hemos ido escuchando sobre nosotros y nuestro cuerpo
desde pequeños. El cuerpo es un mapa, donde todo queda reflejado. Nuestra
reacción a los acontecimientos, le va dando la forma y el movimiento que tiene.
Si durante un paseo por la calle, observamos detenidamente las diferentes
posturas corporales de la gente, veremos un alto porcentaje de hombros
levantados, cuellos cortos, espaldas encorvadas y piernas torcidas, pero por lo
general, hasta que no hay un dolor profundo, no se consulta con un
especialista.
Para llegar al desarrollo de la
sensibilidad corporal, se requiere una capacidad de observación profunda
durante el movimiento. La práctica de los ejercicios de sensibilización en las
clases de Movimiento Consciente, nos posibilita luego disfrutar de esta
percepción en la vida cotidiana y una psicomotricidad mejor desarrollada.
Es importante apuntar hacia el
fortalecimiento y elasticidad muscular y de las articulaciones, logrando
movimientos saludables, armónicos y placenteros. Existe una relación entre la
tonicidad corporal y lo vivido consciente e inconscientemente: la experiencia
personal determina la expresión de nuestro cuerpo, sus actitudes, movimientos,
la emisión de la voz y la respiración.
¿Por qué no buscar también la belleza
del movimiento? Hay que tener en cuenta que la forma en la que andamos, nos
movemos, nuestros gestos, son la vía de comunicación que tenemos con nuestro
entorno. La armonía es algo que transmiten aquellas personas cuyos movimientos
fluyen orgánicamente.
Con el trabajo corporal se
corrigen defectos posturales, se presta
especial atención a columna, cuello, ubicación de la cabeza, hombros, forma de
pisar con los pies, dirección de las rodillas entre otros, así se consigue un
cuerpo más “cómodo” y se mejora la calidad de vida.
Cada profesión o actividad, tiene una
determinada forma en la que la persona se relacionan corporalmente con ella, al
trabajar varias horas diarias, se utilizan posturas que con el tiempo, si no se
realizan ejercicios compensatorios, producen dolores, tendinitis y
deformaciones óseas, sería importante en cada caso corregir esa postura.
Las posturas y actitudes corporales
pueden cambiarse. Para ello es necesario observarse y tomar conciencia de
nuestros hábitos corporales. Así tendremos más libertad para experimentar
nuevos movimientos, para disfrutar de nuestro cuerpo y cuidarlo mejor. Es importante
partir de la base de que todo cuerpo puede ser modificado, estas
estructuraciones son reversibles, es cuestión de proponérnoslo y ponernos en
manos de alguien que nos ayude y nos guíe.
Podremos recobrar la movilidad y la
vitalidad de los músculos que los acontecimientos o los malos hábitos han
llevado a retraer, incluso acortar y a atrofiar. Además retomar contacto con
los músculos conocidos y desconocidos hasta ahora por nosotros. La tarea será
ir localizando nudos y tensiones de cada uno y aprender a disolverlos mediante
movimientos puntales y realizados de forma correcta.
Se pueden adaptar las clases de
Psicomotricidad a todas las edades y estados físicos, cada persona aprende a escuchar su cuerpo y
va avanzando en la medida de sus posibilidades, no con prisas, sino con
respeto, se busca que todos puedan sentirse autónomos en su cuidado.
La corrección postural hace que ahorremos
energía, en vez de gastarla intentando llevar estas dificultades a cuestas. Con
una buena postura, la musculatura sostiene el esquema corporal correctamente,
lo que permite obtener un mayor rendimiento muscular.
Una vez que los alumnos pueden sentirse
y conocerse le será más fácil comunicarse y jugar con otros. Su desarrollo en
grupo resultará fluido y como una continuación del trabajo personal. La
práctica en un grupo donde se sienta contenido y guiado por el coordinador, le
ayudará a desenvolverse en la vida cotidiana
Florencia Verde Street
Creadora del método Movimiento
Consciente
Directora de la Escuela de Expresión Corporal de Madrid-España
(Homologada por el Ministerio de Educación de España)
Tel: 00 34 91 3663807
E mail: movimientoconsciente@gmail.com
Web: www.expresion-corporal.es
www.revistadepsicomotricidad.com agradece públicamente a Florencia Verde Street por enviar este artículo desde España.